Buenos Presagios, de Terry Pratchett y Neil Gaiman

(Good Omens)
Norma Ed., col. Brainstorming
Barcelona, 2002 [1990]

Terry Pratchett es el último maestro del humor inglés (y el no inglés) en la literatura. Algunos dirían que es un maestro del humor en la fantasía, pero con las muchas novelas que tiene publicadas sobre el Mundodisco, Pratchett ha tenido ocasión de poner en solfa absolutamente todo, desde la religión a Papá Noel, pasando por la prensa, el turismo, el machismo y la sociedad contemporánea en general, de modo que la etiqueta, si no sobra, sí es un pretexto que no coarta para nada la sátira.
Neil Gaiman es más conocido por ser guionista de cómics, y es el único escritor que ha ganado un World Fantasy Award al mejor relato por un guión de la serie Sandman, en concreto una trasposición de El Sueño de una Noche de Verano.
Según declaración de Pratchett, la contribución de cada cual a esta novela es de Terry 75%, Gaiman 25%. Sea como fuere, esta colaboración fue en todo sentido positiva (más positiva en inglés que en castellano, pero ese es otro asunto).
El argumento es sencillo, y si han visto La Profecía (este libro debiera haberse traducido como Buenas Profecías, pero ese es otro asunto), debería sonarles: El Anticristo ha nacido, y cuando alcance la tierna (pero maliciosa) edad de once años, va a convocar el Armagedón, provocar el Apocalipsis, llamar a la Gran Batalla. Por desgracia para ambas potencias (el Bien y el Mal, ¿cuáles si no?), el cambio de niños que debiera haberle convertido en hijo del agregado cultural norteamericano, por pura incompetencia, se ha ido al cuerno y el Anticristo se ha convertido en el nada vulgar hijo de un vulgar contable de la Inglaterra rural. De modo que Crowley, un demonio con clase, incomprendido por sus arcaicos colegas, y Azirafel, un ángel demasiado compasivo como para que le guste destruir el mundo para salvarlo, no tienen ni idea de dónde está. Da igual. Los que tienen que saberlo, es decir, la Muerte, la Guerra, el Hambre y la Polución (la Peste se jubiló con la llegada de los antibióticos) saben perfectamente dónde dirigirse. Pero Crowley y Azirafel, que lo han hablado muchas veces, están dispuestos a darle a la humanidad una segunda oportunidad, aun a pesar de sus jefes respectivos. No es que lo merezcamos, pero cualquier cosa es preferible a un Infierno o un Cielo eternos.
Para ello, los autores emplean todos los recursos: el juego de palabras, el slapstick, la comedia, la farsa, el homenaje literario y fílmico, la parodia, la sátira, el humor a lo Monty Python, el de la comedia americana, el chaplinesco y el de los Hermanos Marx. Entre otros. Unos detalles:

"Shadwell odiaba a todos los que eran del sur y, por inferencia, se hallaba situado en el Polo Norte".

"Junto con la garantía estándar del ordenador que especificaba que si la máquina 1) no funcionaba, 2) no hacía lo que decían los anuncios, 3) electrocutaba a la vecindad, 4) y de hecho no estaba en absoluto en el interior del caro embalaje cuando lo abrías, esto era expresamente, absolutamente, implícitamente y en ningún caso culpa, falta o responsabilidad del fabricante, que el comprador podía considerarse afortunado de que se le permitiera dar su dinero al fabricante, y que cualquier intento de tratar el objeto por el que se había pagado como propiedad del comprador resultaría en la atención de hombres muy serios con maletines amenazadores y relojes de pulsera muy delgados. Crowley se había quedado impresionado con estas garantías, y había enviado un puñado Abajo para el departamento que redactaba los contratos con las Almas Inmortales, con una nota amarilla pegada que sólo decía: «Aprended, mamones»."

"Crowley figuraba en las listas negras del Infierno. No es que el Infierno tuviera otras."

"Dios no juega a los dados con el universo: juega un juego inefable de Su propia invención, que puede ser comparado, desde la perspectiva de cualquiera de los otros jugadores (es decir, de todo el mundo), a estar involucrado en una embrollada y compleja variante del póquer en una habitación a oscuras, con cartas en blanco, por apuestas infinitas, con un Banquero que no te explica las reglas, y que sonríe todo el tiempo".

"Los patos de St James's Park están tan acostumbrados a ser alimentados por agentes secretos que se reúnen allí clandestinamente que han desarrollado su propia reacción pavloviana. Ponga a un pato de St James's Park en una jaula de laboratorio y muéstrele una foto de dos hombres, uno por lo general llevando un abrigo con cuello de piel, el otro algo oscuro y con bufanda, y mirará hacia arriba con aire expectante".

"El Kappamaki, un barco de investigación ballenera, investigaba acerca de la pregunta: ¿Cuántas ballenas se pueden cazar en una semana?"

"─"Entonces, ¿sois Ángeles del Infierno? ─preguntó el motorista─ ¿De qué capítulo sois?
─APOCALIPSIS, CAPÍTULO SEIS ─respondió la Muerte".

Y muchos otros momentos más...

Peculiar traducción, o sea, un tanto pijotera, o sea, rayana, o sea, en ocasiones en la inepcia. En fin, es lo que hay. Incluso así traducida la novela es muy divertida, de modo que imagínense su fuerza. Que lo pasen bien.

btemplates

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien, seguimos en clave de humor. Me gusta.
El libro suena bastante bien, pero más que La profecía, es una inversión de La vida de Bryan, con Aleister incluido.

Nota: Aleister Crowley es un personaje inventado, el único, por Ringo para la portada del Sargento Pimienta. Entonces, el mito de que Ringo no propuso ningún nombre para dicha portada cae por su porpio peso (el del mito).

Lluís Salvador dijo...

Hola, Asterión:
No lo había pensado, pero sí que el modus operandi es similar.
Y, bueno, el juego de palabras de llamarle a un demonio Crowley (por Aleister), tiene más enjundia en la novela: en realidad Crowley es la serpiente que tienta a Adán y Eva en el paraíso, pero entonces se llamaba Crawly (reptante). Como no le gustaba para paserase por la civilización, lo cambió a Crowley.
Desconocía que Ringo había propuesto la inclusión de la foto de Aleister Crowley en el Sgt Pepper's. Pero, en fin, ya que estamos beatleserendípicos, decir que George Harrison aparece en "La Vida de Bryan".
Un saludo!

Rayuela dijo...

Lo único que he leído de Gaiman es una novela juvenil, Coraline, de la que creo están haciendo la adaptación cinematográfica. Una historia algo turbia, con ese toque "a lo Tim Burton". Interesante.

Lo que sí me fascinó fue la película que escribió junto a Dave McKean (el director). Visualmente es una delicia, muy surrealista.

¡Saludos, Lluís!

Rayuela dijo...

Qué tonta... se me olvidó mencionar el título: Mirrormask (2005).

Lluís Salvador dijo...

Hola, Rayuela:
Muy Tim Burton, realmente. De hecho, no sé si se influyeron mutuamente, Gaiman y Burton, pero la estética es muy similar.
Coraline no la he leído. Pero uno de esos críticos de los que me fío, americano y escritor él, Ed Bryant, la dejaba muy bien. es probable que la lea en breve.
Acabo de entrar en el sitio de Mirrormask. Muy sugerente... Ahí va la dirección:
http://www.sonypictures.com/homevideo/mirrormask/

Un saludo!

Magda RB dijo...

Leí hace años casi toda la saga de Mundodisco de Terry Pratchett y fue genial, que derroche de buen humor, guiños, ironía, la Muerte hablando en mayúsculas...

Muy bueno en este los nuevos Cuatro Jinetes del Apocalipsis, la sustitución de la Peste por la Polución es de lo más coherente y que la Peste se jubilara por la aparición de los antibióticos también.

De Neil Gaiman creo que no le leido nada aun.

Lluis, es también de Pratchett la serie "Camioneros"? Es que leí el primero y tal vez esperando algo parecido a Mundodisco la verdad es que no me gustó, me aburría bastante.

Saludos.

RebecaTz dijo...

Sólo he leído algunas novelas gráficas de Neil Gaiman; me fascina la serie de Sandman (todavía tengo algunos comics que compré en mis años universitarios). A Pratchett lo he ido relegando, aunque cada vez gana más adeptos. Alguien me comentó también que las traducciones no eran muy buenas.

Saludos Lluís. :)

Lluís Salvador dijo...

Hola, Magda:
¿A que sí? La Muerte hablando en mayúsculas (y con voz de Constantino Romero, ya se sabe que después de Darth Vader este hombre marcó estilo en voces profundas...)
De Gaiman, en principio, recomendar la serie Sandman de comics. Todos los guiones son suyos, y es una serie episódica; es fácil entrar en ella.
Y, en efecto, la serie Camioneros es de Pratchett. Me pareció floja, con algunos momentos buenos (como lo de la "Biblia" de los Gnomos: "En el Principio era el Lugar", etc.

Hola, Andrómeda:
Te felicito por tu fascinación, que también es mía. Es una de las series originales de cómic que merecen la pena de considerarse alto arte.
Y te recomiendo vivamente Pratchett, cómo no. Y respecto a las traducciones, esta de Buenos Presagios es bastante deficiente, pero las del mundo disco no están mal, e incluso las hay buenas y muy buenas (cuando traduce Albert Solé). Por supuesto, es imposible llevar al castellano todos los juegos de palabras. Pero Pratchett tiene tantos momentos de humor por página que permanecen incluso en la traducción.
Un saludo a ambas!

Patricia dijo...

Hola Lluís,

para hablar de Neil Gaiman tengo que ponerme cariñosa, porque cariño es lo que siento por este escritor (y creo que no soy la única). Le conocí con THE SANDMAN, me hice amiga de Morfeo y del resto de la familia de los Eternos y le seguí entrega tras entrega. Me fascinó la pequeña joya que es "El día que cambié a mi padre por dos peces de colores" y se lo regalé a mi hermano. He recomendado y compartido con mis sobrinos las películas Mirrormask y Stardust. En uno de mis trayectos en tren, devoré "Coraline" y me emocioné al saber que están preparando la película. Neil Gaiman en cómic, novela o película, es fantasía pura y oscura. Pero una oscuridad fuera de tópicos, que engancha. Sin duda comienza por la serie SANDMAN.

Una abrazo.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Olivia:
Sandman es una de las series de referencia en el mundo del cómic, como expreso ya en la reseña. Un premio WFA a un guión de cómic no lo ha obtenido nadie más. Y va a tardar algo en obtenerlo otro.
He leído algunos otros de sus escritos, y me han llamado la atención. Pero le falta dar el salto completo a la literatura, todavía.
Un saludo!