Epitafio para un Espía, de Eric Ambler

(Epitaph for a Spy)
Navona, col. Reencuentros
Barcelona, 2008 [1937]

Como señala el propio Ambler en la nota previa que abre el libro, el género de espionaje (por lo menos, precisemos, hasta la llegada de Graham Greene y John Le Carré) tenía mala fama; lo que es más, Ambler tenía dificultades para encontrar buenas novelas de espías (pero las halla; y destacadísima entre ellas, El Agente Secreto, de Joseph Conrad). Me permito señalar que, hasta la llegada de Ambler, salvando la excepción conradiana, la novela de espías se había movido más según los parámetros de lo decimonónico que en la modernidad, tanto en estilo como en personajes. Si contamos que hasta los años treinta y la explosión de heroicidad/antiheroicidad de la segunda guerra mundial y la guerra fría, el prototipo de espía era Mata-Hari, definida por todos los expertos como la peor de los espías de la historia, constataremos que el material de base era ciertamente escaso y folletinesco, lo cual debía producir su reflejo en su traslado a la literatura.
El caso es que Ambler puso los cimienttos del moderno género de espionaje, y lo hizo a menudo y con consistencia, por no hablar de su brillantez.
En Epitafio para un Espía, el protagonista es un don nadie abrumado por las circunstancias. Oscuro profesor de idiomas en París, apátrida fácilmente presionable con la deportación, metido en una época, la de las vísperas de la Segunda Guerra Mundial, en la que todos los países, incluso los aliados, se miraban con desconfianza, Josef Vadassy intercambia inadvertidamente su cámara fotográfica con uno de los residentes del hotel en el que se aloja en la Provenza. Cuando lleva el carrete a revelar, es denunciado por espionaje y los servicios secretos franceses le ponen en una disyuntiva: o averigua a quien puede pertenecer la cámara de la que se ha apropiado o será juzgado y condenado por espía o bien, si es que tal cosa no conviene por razones de publicidad, será deportado.
Ambler se centra en este microcosmos de los ocupantes del hotel, que, con un logro que Hitchcock, por ejemplo, sabía utilizar muy bien, y es que nosotros sabemos que hay un espía entre ellos, de modo que ahora todas sus frases y actitudes nos parecen sospechosas, como se lo parecen a Vadassy; pero el máximo logro de Ambler, que será recogido con posterioridad por el género, es el del estudio de un hombre superado por las circunstancias, metido en un oficio que ni desea ni para el que está preparado, y en el cual el temor a ser descubierto se sobrepone al temor del fracaso. Todo ello con una adecuada puesta en escena de los acontecimientos históricos y el clima prebélico dominante, con un conflicto en ciernes entre los totalitarismos y las potencias aliadas.
Reconocemos en el protagonista al hombre corriente de Le Carré y el cinismo integral de los servicios secretos, reconocemos los dilemas morales que frecuentará Greene, pero no es sólo como precursor que Ambler tiene valor. Porque Epitafio para un Espía es una novela coherente y brillante por sí misma, en la que el mundo de los servicios secretos adquiere ya definitivamente sus características de sordidez y de desprecio del individuo en nombre de unos teóricos ideales que, en el día a día, se hacen muy lejanos en la vieja máxima del espionaje de que el fin justifica todos los medios.

Portada y sinopsis

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4 comentarios:

alejandra barbery dijo...

Un abrazo y deseos de buenas cosas, buena vida. Alejandra

Lluís Salvador dijo...

Gracias, Alejandra. Mis mejores deseos para ti. Un abrazo.

Ade dijo...

Esta novela se editó en Cuba por los años 70 y fue un éxito editorial. Aún hoy, en mis compras de libros de uso en las casas, me lo encuentro con frecuencia. Sin dudas, un gran libro.
Ahora te voy a hacer una recomendación extraña del mismo género: Bogomil Rainov. Tal vez lo conozcas ya, pero por si acaso, como es un escritor búlgaro, te recomiendo sus obras: Ciclones con nombres tiernos, Morir solo en caso extremo, El señor Nadie, El Gran aburrimiento, Nada mejor que el mal tiempo... en fin, Rainov tiene una ironía peculiar muy atractiva, pero si tienes algún inconveniente con leer algo "socialista" entonces no lo busques, pero yo te lo recomiendo igual, porque es muy bueno como sea.
Un saludo
AD.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Ade:
Es que Ambler era un grandísimo autor, hoy algo olvidado por estas tierras. Pero sin duda marcó época en el género del espionaje y el policial, y lo que escribió resulta tan fresco hoy como lo fue en su día. Tomo nota de tu recomendación, y lo buscaré. Otra cosa es que lo encuentre, pero intención de leerlo sí que tendré. Este blog nació con voluntad errante, y en esas errabundias entran las sugerencias de sus lectores. Y no tengo manías. Lo que busco reseñar es buena literatura, venga de donde venga.
Un saludo!