El Topo, de John Le Carré

(Tinker, Tailor, Soldier, Spy)
Ed. Bruguera, col. Libro Amigo
Barcelona, 19793 [1974]
Serie Smiley nº5

El Topo, que en realidad se titula Calderero, Sastre, Soldado, Espía, un título inspirado en una canción infantil y que tiene una relativa importancia en la trama de la novela, representó la consagración definitiva de John Le Carré como maestro de la novela de espionaje, un hecho que ya había sido anunciado en la anterior El Espía Que Surgió del Frío.
El Topo es una novela que define por completo el mundo interior del espionaje creado por Le Carré, más allá de las anécdotas o de las tramas particulares. Es en esta historia en la que el personaje de Smiley queda definido como testigo y protagonista del espionaje inglés desde la Segunda Guerra Mundial hasta la Guerra Fría. Donde el mundo del Circus (el servicio secreto ¿inventado? inglés) queda trazado de manera prístina, sus entrañas al descubierto, sus juegos de poder, sus miserias intrínsecas desveladas, sus riesgos, sus logros, sus métodos. Es un cuadro, un fresco fascinante y completo, que por su verismo debió provocar (y los hizo) escalofríos a los responsables de los servicios de inteligencia británicos.
Después de una serie de catástrofes en el campo de operaciones, el Circus se reorganizó de arriba abajo. El jefe, Control, murió de cáncer. Smiley fue jubilado del servicio. Peter Guillam fue relocalizado en los Cazadores de Cabelleras, después de que éstos vieran reducidas sus funciones de forma drástica. El servicio se reorganizó de forma colegiada y lateralista para explotar una fuente de información que es una mina de oro, la operación Brujería, agente o agentes "Merlín". De repente, uno de los agentes de campo, dado por desertor, reaparece y se pone en contacto con Guillam y éste directamente con el ministerio, y trae una información inquietante: que un topo del Centro de Moscú está infiltrado en el Circus y puede estar dirigiendo sus operaciones. El ministerio, con todas las reservas posibles, encarga a George Smiley que investigue, que vaya a la vez hacia el pasado y el presente y verifique esta información. Smiley emprende entonces un trayecto que le enfrentará con los fantasmas del pasado, no sólo del servicio, sino los suyos personales.
Hay muy poca acción en las novelas de Le Carré; su métier es la psicología, el carácter de los individuos que trata. Si es tan verídico es porque las operaciones no son otra cosa que las acciones finales determinadas por mentes que están en despachos, y que tienen otras funciones y preocupaciones.
Es un triunfo completo, en el que las relaciones y conflictos de poder, el contraste entre las aspiraciones individuales y la voluntad patriótica quedan al descubierto; en el que los individuos quedan desnudos, las miserias salen a la luz, las dificultades del heroísmo aparecen y sistemáticamente son despreciadas por el sistema, las convenciones machacadas, las personas resultan ser prescindibles.
Es una novela psicológica enmarcada en un mundo en el que la traición es la norma y la lealtad algo muy difuso. Y lo es con un lenguaje literario excepcional par un género que, muchas veces, se basa únicamente en la trama. Le Carré crea un mundo que da toda la impresión de ser trasunto de uno real, crea todo un lenguaje propio, pero no se limita a esto, sino que además retrata a todos los personajes de ese mundo, de tal manera que se hacen reconocibles y que, para siempre jamás, serán familiares al lector. El Topo es una novela amarga, pero fascinante y fundamental, como no se ha escrito otra en el género.

Portada y sinopsis

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5 comentarios:

Lluís Salvador dijo...

Hola, Wences:
Bueno, esto es nuevo... Alguien que pide no difusión sino opinión.
Es muy de agradecer. Y aquí estoy para lo que pidan los lectores, de modo que pasaré por allí y te diré lo que pienso de tus escritos, cómo no. Sólo dame un poco de tiempo. Y, otra cosa... me he ganado la vida (y sigo haciéndolo) como lector editorial, con fama de duro; justo, pero duro. DE modo que aclárame si quieres una opinión sincera o no. Constructiva lo será siempre, pero no puedes ni imaginarte cuánta gente hay por el mundo a la que la verdad le provoca ataques.
Bienvenido, y un saludo!

Koalbiter dijo...

Me han recomendado mucho esta novela de Le Carré, de hecho la tengo en mis pendientes. Me parece que la variante del espionaje conocido popularmente es de admirarse, ya que es un topico muy usado por los clasicos escritores de "best-sellers" a la Tom Clancy. Muy buena critica, desperto mi interes.

Saludos,
Hugo

Lluís Salvador dijo...

Hola, Koalbiter:
Le Carré corre en una liga aparte de todo lo conocido en el campo del espionaje, salvo la obra de Graham Greene y la de Eric Ambler (y alguna, muy poca, de Len Deighton). Te recomiendo fervientemente su lectura, sobre todo la de esta El Topo. Y, si puedes, te recomiendo que intentes conseguir la serie de televisión que se hizo, con Alec Guinness de protagonista. Su interpretación es tan buena, que el propio Le Carré, en la posterior "La Gente de Smiley" hacía una única dedicatoria: "A Alec Guinness".
Por youtube corre la serie fragmentada (qué no correrá por youtube), desconozco si completa.
Un saludo!

Anónimo dijo...

Leí la novela hace años y acabo de ver la versión para TV. He dado con este artículo buscando información sobre ambas. La serie es la adaptación de un libro más fiel al original que conozco. Me gustaría saber tu opinión. Gracias.
Por cierto, cuando terminé "El espía perfecto" reflexioné y me di cuenta de que no me había enterado de nada.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Anónimo:
En efecto, no sólo es fiel, sino que el propio John Le Carré, cuando escribió "La Gente de Smiley", lo dedicó A Alec Guinness, lo cual demuestra lo satisfecho que quedó de que este actor compusiera un personaje tan perfecto (algo que no tiene que extrañar en Guinness, maestro de actores). Lo cierto es que yo no concibo otro Smiley que él, y que ciertamente la adaptación me pareció perfecta.
Respecto a "El Espía Perfecto", es una de las novelas de Le Carré que tengo pendiente de comentar. Hay mucho que decir de esta novela desconcertante, y a varios niveles: te puedo anticipar uno: para construir el espía perfecto, ¿es necesario hacerlo también un traidor? ¿va con el oficio la traición? Y otr, es que tiene unos regustos a Graham Greene muy fuertes; casi como si Le carré hubiera querido enlazar ambos estilos de espionaje en una novela...
Un saludo!