The Horror of the Heights, de Sir Arthur Conan Doyle
Conan Doyle, además de ser el creador de Sherlock Holmes (algo que durante mucho tiempo consideró una cruz), fue también autor de novelas históricas (que era lo que realmente le encantaba), relatos de aventuras y de terror.
Estos últimos tienen una factura clásica las más de las veces, aunque la ejecución por parte del maestro de la literatura detectivesca es impecable. Sin embargo, hay unas pocas rarezas dentro de su producción que merecen la pena reseñarse, y una de ellas es este El Horror de las Alturas. El hecho es que, como apunta su título, se trata de un relato de terror, pero lo raro es que se trata de una de esas mezclas con la narrativa de aventuras y el relato de exploración.
No era un género nuevo, y aunque sus descendientes son escasos (aunque bien podríamos hablar de Parque Jurásico como uno de ellos) mantiene un innegable regusto a principios de siglo que las hace singularmente atractivas, y han sido fuente de inspiración para corrientes como el steam-punk.
En el caso de El Horror en las Alturas, Doyle no miró hacia los blancos de los mapas de la época, o al centro de la Tierra. Desvió la mirada hacia los cielos, haciéndose una inquietante pregunta (para la época como mínimo): ¿cuál es el mayor peligro para el aviador? La respuesta, todavía más inquietante, es que el mayor peligro pueda ser aquello que habitas las capas altas de la atmósfera.
Utilizando el recurso del manuscrito hallado (en este caso, podríamos decir, caído del cielo), Doyle compone un cuento corto de aire verniano (de lo que era muy consciente; de hecho, el motor del aeroplano es un modelo "Robur") que, en ese estilo, no defrauda al lector y que queda como una curiosidad interesante de uno de los grandes narradores del fin de la era victoriana.
En Dark Banquet
St Martin's Press
Nueva York, 1985 [1913]
Ed. de Lincoln Child
Texto en castellano de El Horror de las Alturas
Texto en inglés de The Horror of the Heights
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