Testigo de Cargo, de Billy Wilder

SESIÓN MATINAL

(Witness for the Prosecution); 1957

Director: Billy Wilder; Guión: Billy Wilder, Harry Kurnitz, basado en la obra de teatro de Agatha Christie; Intérpretes: Charles Laughton (Sir Wilfrid), Tyrone Power (Leonard Vole), Marlene Dietrich (Christine), John Williams (Brogan-Moore), Henry Daniell (Mayhew), Elsa Lanchester (Señorita Plimsoll), Norma Varden (Sra. French), Una O'Connor (Janet), Ian Wolfe (Carter); Dir. de fotografía: Russell Harlan; Música: Matty Malneck; Montaje: Daniel Mandell.

Una película que hubiera podido firmar el propio Alfred Hitchcock; pero no, es de Billy Wilder, y el caso es que parece más británica que americana o alemana, pero son esos misterios del genio que son difíciles de comprender. El argumento es el típico y se ha hecho cien veces, la mayoría con gran clase (por ejemplo, Anatomía de un Asesinato, de Otto Preminger): La esposa (Dietrich) de un acusado de asesinato (Power) que seduce emocionalmente al abogado defensor (Laughton) y le induce a error, de modo que la posibilidad de inocencia o culpabilidad queda en entredicho.
Lo importante es que, sin ser una de las grandes películas de Wilder, sí mantiene el suspense (las trampas de argumento son atribuibles a la gran tramposa del género, Agatha Christie, autora de la obra de teatro), y se proclama como una de esas películas de juicios que se revelan imprescindibles. Brilla con luz propia la interpretación de Charles Laughton, acompañado de un Tyrone Power en su registro torturado de costumbre y una Marlene Dietrich que es arquetípica de la mujer enigmática y seductora. Vista hoy, todavía gana por goleada a muchas producciones actuales de películas "de tribunales".


Tráiler:

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