Soy Leyenda, de Richard Matheson

(I Am Legend)
Minotauro, col. Otros Mundos
Buenos Aires, 1960 3 [1954]

Dentro de los monumentos que la ciencia-ficción, la fantasía y el terror han dado a la literatura, hay pocos tan inmortales y de tanta carga temática, ética y filosófica como Soy Leyenda.
Por si no han visto ninguna de las tres versiones fílmicas que se han hecho de esta novela (y que no le hacen justicia), les diré que en un futuro no muy lejano descubrimos a un hombre que vive aislado en una casa en medio de la ciudad. De hecho, vive en un estado de asedio. Una muchedumbre rodea su casa cada noche, intentando o que se una a ellos o asaltar su casa para aniquilarlo. Pero hay más: durante el día Neville, el protagonista, sale de caza, a matar a sus asediantes. Lo hace con estacas afiladas, que clava en el corazón de sus víctimas. Porque los que le acosan son vampiros. Y Neville es el único hombre "normal" que existe.
El motivo de esta epidemia vampírica tiene base científica: una bacteria que ha infectado a toda la población y la convierte en un símil vampírico casi perfecto (lo que insinúa que los vampiros de la leyenda no eran más que precursores raros de esta epidemia); Neville investiga los cómos y porqués de las características de la enfermedad, como la alergia al ajo o la aversión más bien psicosomática a los símbolos religiosos correspondientes, pero esto no es más que el mumbo-jumbo destinado a revestir de verosimilitud la historia y, a la vez, afirmar su racionalidad. Lo fundamental de Soy Leyenda se halla en otra parte.
En primer lugar, en la inversión de roles. Simpatizamos con Neville como protagonista, pero también porque es el único personaje en el que nos reconocemos como seres humanos. Sin embargo, Neville es ese ser que sale a diario para atacar a seres indefensos bajo la luz del sol. A asesinarlos, en suma. Para una sociedad que es vampírica, él es el monstruo, y como tal se comporta. Es el ser que preda a miembros de esa sociedad, ni tan siquiera para alimentarse, sino para afirmar su superioridad y su poder. Esta completa revisión del concepto de normalidad, que ha sido tema recurrente en la ficción terrorífica y fantacientífica, pocas veces se ha tratado con tanta fuerza y profundidad.
Es también una reflexión sobre el hombre solo y, por lo apuntado antes, conforma un retrato del monstruo, de lo que vive y cómo aquel que es diferente. Monstruosamente diferente. Sus frustraciones, sus ansias, sus tentaciones a la claudicación, lo que puedan ustedes imaginar. Matheson no es autor superficial que no sepa reconocer la potencia de lo que tiene entre manos.
Y consecuencia de todo ello esta novela tiene además una preciosa definición reflexiva sobre el hecho (prefigurado por el título) de convertirse en una leyenda, de pasar de ser algo real a incorporarse al pozo mítico del que bebe una sociedad entera.
Pocas veces, repito, una novela ha trazado con tanta potencia y estilo estos temas, en una obra maestra del género que nos incumbe a todos en tanto enumera lo que nos une y lo que nos hace diferentes.



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Richard Matheson


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4 comentarios:

RebecaTz dijo...

Me encantó la reseña, Lluís, leí este libro hace unos cuatro años y me gustó mucho. Me has hecho recordar el hecho de que Neville terminó por ser el ente ajeno al medio ambiente y no los otros...
Sólo he visto la película que protagoniza Will Smith, ¡decepcionante!!
Saludos.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Andrómeda:
Al medio ambiente, a la cultura, a la comunidad y a todo lo demás.
Lo bueno de esta novela es que Matheson nos hace simpatizar con Neville, por pura hermandad humana; entonces nos miramos al espejo... y resulta que el monstruo somos nosotros. Es una reversión (no, subversión) de la normalidad inquietante, por decir lo mínimo.
Ninguna versión fílmica ha logrado captar el pathos que acompaña a Neville como hombre solo primero, como aberración después y como leyenda, mito, finalmente. Algunos dirán que es una fábula, pero es una fábula extremadamente inteligente.
Un saludo!

Magda dijo...

Yo he visto las tres versiones y también he leído el libro. Para mí la protagonizada por Will Smith es la peor, la mejor la protagonizada por Vincent Price, filmada en blanco y negro. Y la de Charlton Heston, bueno, de vez en cuando la vuelvo a ver, me gusta su versión del personaje. En la de Vincent Price el momento que la mujer vuelta vuelve a casa... tremendo. La de Charlton Heston, que empieza con el paseo en coche por las calles solitarias, tremenda escena, y cuando su compañera se levanta de la cama para cerrar las cortinas, un acto cotidiano pero... para qué las cierra, si nadie la verá... En realidad una pista, ella ya ha empezado a mutar. La tercera me gustó el aspecto de la ciudad, recordaba "Live after people"
( http://www.youtube.com/watch?v=wBtHICMmDJk )Si Charlton Heston se muestra como un héroe incansable frente al mal, Vicent Price tiene matices más reales, se deprime, se muestra agotado ante el día a día solitario y buscando vampiros.

Lo de que ninguna transmite la esencia del libro, seguramente, pero ?cuantos libros han podido ser trasladados a la pantalla? Pocos, creo yo.

Un saludo!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Magda:
Tienes razón en las valoraciones de los protagonistas. Price, que era listo, se dio cuenta del potencial y le dio un poco de contenido al personaje. Diferencias entre buenos actores y mediocres... Y eso no quiere decir que Heston sea mal actor; hace lo que puede, pero sencillamente, el personaje torturado que es Neville... bueno, no es lo suyo. Y con el guión que tenía esa versión tampoco es que pudiera hacer gran cosa. El caso de Will Smith es diferente, porque al fin y al cabo las dos primeras versiones eran películas de serie B. En cambio, la última versión era a todo lujo, y se supone (sólo se supone) que Will Smith podía haberse dado cuenta del potencial del personaje. Pero sucede que empiezo a sospechar por su carrera que Smith, simpático como es (y hasta actor adecuado para cierto tipo de papeles), leer, lo que se dice leer, no debe leer mucho. De modo que no creo que tuviera ni interés en pasar por la novela de Matheson. De lo contrario, no se explica cómo dejara pasar una oportunidad para el lucimiento como esta...
Y, Stephen King decía que los grandes ejecutivos de los estudios pagan sumas enormes en comprar las novelas de las que hacen películas sólo para decirles a los autores en qué se han equivocado y cómo lo habrían escrito ellos. A veces aciertan (Psicosis, pero ahí estaba Hitch). A veces, muchas, no.
Pero tiene importancia. Más que nada porque una buena película arrastra al público a leer lo que muchas veces es una buena novela. Y una mala película condena a la miseria a una buena novela, o por lo menos le niega una porción de gloria que merecería.
Un saludo!