Caos Calmo, de Sandro Veronesi

(Caos Calmo)
Ed. Anagrama, col. Panorama de Narrativas
Barcelona, 2008 [2005]

Desde hace pocos meses, la prensa italiana, gracias a los éxitos de público y crítica de tres películas (Caos Calmo, Gomorra e Il Divo), está hablando de un renacimiento del cine italiano. Este fenómeno o, mejor dicho, el antifenómeno anterior tiene unas características (por otra parte extrapolables al cine español o al europeo en general) que llegaron a exasperar a esa misma crítica y público, a saber: existían buenos directores, excelentes actores, buenos presupuestos y una trama industrial decente. Y sin embargo estas películas llegan donde no alcanzaban anteriores producciones.
Descontando Gomorra e Il Divo, que se basan en una investigación tan a fondo del mundo de la Camorra que puede llegar a costarle la vida a su autor, y en una figura política tan cínica que siempre logró traspasar fronteras, la nota llamémosla discordante la constituye una obra de ficción, Caos Calmo.
Una buena película, por lo general, lleva una buena historia detrás (aunque no necesariamente viceversa). De modo que la novela de Veronesi bien se merecía una lectura.
Y vale la pena. A finales de verano, Pietro, el protagonista, salva a una desconocida de morir ahogada y al regresar a su casa se encuentra con que ha muerto la mujer con la que iba a casarse a los pocos días. Cuando llega la época de que su hija regrese al colegio, Pietro decide instalarse en su automóvil frente a la escuela de la niña, en una especie de bendita locura destinada a proteger a su hija y a combatir la sensación de pérdida. (Este resumen argumental, bastante chapucero por mi parte, se basa en el texto de contraportada. Jorge Herralde y sus chicas, como siempre, lo explican mucho mejor. Pueden leerlo íntegro aquí.)
En este punto la novela adquiere una inflexión que bien pudiera hacerse ridícula, de no mediar el adecuado talento de Veronesi: En los aledaños de la escuela y en el coche aparcado frente a la misma, Pietro adquiere la condición de un ermitaño a tiempo parcial, un loco que establece su oficina en el automóvil, una persona estrafalaria a los ojos de todo el mundo por la que, sin embargo, la gente conocida o desconocida empieza a sentir una suerte de admiración por su locura. Alguien que, conscientemente, se instala en un raro caos, uno de aspecto tranquilo y natural, un caos calmo que rebasa la extravagancia para alcanzar la fascinación.
Sabrán ustedes el alto valor que concedo a la exageración en literatura. La situación y personaje de Veronesi es exagerada, pero no hay exageración sin riesgo, no se pueden usar medias tintas, y en ese riesgo se puede caer demasiado fácilmente en el ridículo. No obstante, el autor asume estos riesgos y evita con sabiduría la moraleja fácil o el esperpento.
Convertido Pietro en una anomalía que en primera instancia deja estupefacto al mundo, luego esa misma anomalía se convierte en atracción. Bajo el pretexto de la preocupación por Pietro, éste será tomado (al asalto, en ocasiones) por confesor, por psicoanalista, incluso por bacina de los vómitos emocionales de compañeros de trabajo, familiares, etc.
Veronesi posee una rara perspicacia sobre el mundo actual y los seres que lo pueblan. Es así como la galería de personajes que nos presenta son muy plausibles, muy reales, a pesar de todas sus neurosis y complejos. O precisamente por eso, porque es muy probable que conozcamos a personas como ellas. Lo extraño es encontrar todas esas neurosis reunidas, y eso es lo que desencadena el caos de Pietro.
Como no podía ser de otra manera por la situación planteada, la novela es en muchas ocasiones cómica, pero con esa clase de humor que nos hace pensar después de haber reído.
Sandro Veronesi ha sabido componer una historia valiente, arriesgada, perceptiva y humanística, bellamente estructurada, que a veces conmueve y a veces reflexiona, pero en todos sus puntos provoca el interés y llama la atención del lector. Una novela notable.

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4 comentarios:

dijo...

A ver, ¿cómo me leo el post si quiero leer el libro, eh listo?

Lluís Salvador dijo...

Hola, :
Pues chica, si hubieras visto la película, no sé qué ibas a hacer... :)
Bueno, ya sabes que no descubro gran cosa del argumento... pocas pinceladas. Te sorprenderá igualmente.
O puedes no leer el post. Pero después de léida la novela vienes y me lo cuentas, ¿vale?
Un saludo!

dijo...

Vale, fet!

Lluís Salvador dijo...

Hola, :
Pues es un trato. Ya tardas (es broma:) )
Un saludo!