Rain Man, de Barry Levinson

SESIÓN MATINAL

(Rain Man); 1972

Director: Barry Levinson; Guión: Ronald Bass, Barry Morrow; Intérpretes: Dustin Hoffman (Raymond Babbitt), Tom Cruise (Charlie Babbitt), Valeria Golino (Susanna), Jerry Molen (Dr Bruner), Jack Murdock (John Mooney), Michael D. Roberts (Vern), Ralph Seymour (Lenny), Lucinda Jenney (Iris), Bonnie Hunt (Sally Dibbs); Dir. de fotografía: John Seale; Música: Hans Zimmer; Diseño de producción: Ida Random; Montaje: Stu Linder, Thomas R. Moore.

Rain Man tiene tantos defectos como aciertos. Un joven e insoportable yuppie (interpretado, en lo de insoportable, magistralmente por Cruise; en el resto del registro actoral está menos brillante, lo cual puede ser indicativo de algo) toma la custodia de su hermano autista por puro interés económico, para apoderarse o controlar el fondo de tres millones de dólares que está destinado a asegurar el futuro de éste. A partir de aquí ambos hermanos viajan juntos y se producen diversas situaciones que finalmente desembocan en que Charlie (Cruise) descubra al auténtico hermano de sus recuerdos infantiles y reencuentre su amor por él, con lo que quedará cambiado por el viaje.
Este supuesto es el típico de una road-movie, y hay que reconocer que en su planteamiento más bien modesto y en su tratamiento efectivo (debido a la mano de Levinson), la película destaca de entre las de este género, que de tan frecuentado se ha hecho un tópico. Hay escenas muy logradas, como el descubrimiento de que Raymond, autista, es también un savant, capaz de memorizar cualquier cosa... incluyendo las cartas que van salendo en las mesas de juego de Las Vegas. La falta de grandes discursos y de, insisto, grandes pretensiones de la historia es beneficioso, y la película se deja ver con agrado e interés.
Sin embargo, los defectos la lastran. Si Cruise es demasiado malo y por eso no convence cuando se vuelve bueno, tampoco es tan genial como se ha apuntado la interpretación de Hoffmann. Se ha señalado muchas veces que el personaje de Raymond Babbitt estaba basado en el savant Kim Peek. Han habido suficientes documentales sobre este genio autista como para darnos cuenta de que la similitud es forzada. Si bien la película pone la atención en el autismo, desliza errores y conceptos engañosos sobre el mismo, y en el fondo desorienta más que ilumina sobre este estado del ser humano. Fílmicamente, además, la película va desembocando cada vez más en su transcurso hacia la buddy-movie, la película de colegas, y eso hace que todo el fondo dramático y emotivo se diluya.
Rain Man es una película que logra algunas de las cosas que se propone, mientras que en otras fracasa estrepitosamente. Y si bien un primer visionado se realiza con agrado, provoca una pereza intensa volverla a ver.

Tráiler:

btemplates

2 comentarios:

Black Arrow dijo...

Coincido: no la ha vuelto a ver

Me enferma el ternurismo,el rollo sentimentalioide hipócrita de Hollywood,la falsa sensibilidad de un tipo que sólo desea el dinero.

En fin, que me cae mal el personaje de Cruise(y en muchas de sus películas)

Es exagerado el de Hoffmann con el comportamiento de un autista.
Todo hecho para un film para el gusto sensiblero llorón de la Academia.

Conozco gente con hijos autistas ocon déficit de atención y qué paciencia hay que tener con ellos: en las reuniones no se callan,se mueven continuamente,preguntan, no se callan, hablan, lloran,etc.
Pero teniendo tacto con ellos se comportan hasta lo permisible.

Pero no te jorobean como Hoffmann.


Saludos

Lluís Salvador dijo...

Hola, Black Arrow:
Perdona el retraso en la respuesta.
Bueno, lo has dicho todo. En efecto, es una película que se deja ver una vez, y no más, y que tiene ciertas virtudes... Pero en resumen los defectos son excesivos. Lo que apuntas sobre el autismo es importante: hubo muchas quejas de asociaciones de padres autistas que reclamaban que el tratamiento que se daba del tema era tan erróneo que había causado problemas en la vida diaria de ellos como padres y de sus hijos.
Y es que no hay cosa peor que intentar abanderar algo sin hacerlo hasta sus últimas consecuencias. Si se ponía el foco en el autismo, entonces había que hacerlo sin pasarlo por los tamides hollywoodienses.
Y, ciertamente, la actuación de Cruise me resultó mala directamente, y la de Hoffman insuficiente.
Sólo se salva (y por eso traigo esta película al blog) la dirección de Levinson y esa primera parte road-movie sencilla y bien planteada.
Un saludo!