Ley Garrote, de Joaquín Guerrero-Casasola
Roca Editorial, col. Roca Criminal
Barcelona, 2007 [2007]
Joaquín Guerrero-Casasola proviene del mundo de las telenovelas, lo cual no es un aval en sí mismo (ni tampoco un demérito; cada cual se gana la vida como puede, y el mérito es hacerlo lo mejor posible en su trabajo), pero me apresuro a decir que en esta novela ha sabido evitar los vicios de este género y, en cambio, mostrar un excelente control del ritmo narrativo. También ha sabido incorporar el México actual como telón de fondo y crear un personaje, el detective privado Gil Baleares, con cuerpo y personalidad.
El tal Gil Baleares tiene una aspiración (comprarse un utilitario japonés plateado) y problemas sin cuento: una esposa divorciada, una hija que según los cambios de humor de su ex-esposa es suya o no, una economía tambaleante y un padre, Ángel El Perro Baleares, que fue leyenda viva de los judiciales en la época de mayor brutalidad de éstos y que está afectado de alzheimer.
Como la profesión de detective privado consiste en asumir los problemas de los demás, a los suyos añade el intentar resolver el secuestro de Alicia del Moral, la hija de de unos fabricantes de caramelos.
Con un relato a un ritmo excelente y de bendita concisión (205 páginas en una época en la que parece que lo que no supere las trescientas no sea una novela) y no desprovisto de humor, Guerrero-Casasola no renuncia a tomar un retrato del México de hoy: los bajos salarios de la policía y sus "complementos" económicos, la corrupción en los medios policiales y políticos, las bandas de criminales organizados, la inseguridad cotidiana.
En este contexto se mueve y recibe golpes morales y físicos el detective Gil Baleares, en una novela ágil, llena de giros argumentales, de personajes creíbles y situaciones y diálogos estimulantes, que en ocasiones rozan la brillantez.
Una lectura que se muestra muy satisfactoria.
Portada y sinopsis
Entrevista con Joaquín Guerrero-Casasola en Reporteras de Guardia
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