Jazz Porque Sí: Duke Ellington en la Travis Air Force Base

De nuevo nos reencontramos con el Duque. Antes de ir a la base aérea que fue testigo de este concierto, escucharemos un par de temas: el primero, Blues in Orbit, una composición típicamente ellingtoniana, de ritmo pausado y enormemente sugestiva. Si en el espacio pudiera sonar música, una de las que preferiría sería esta. El segundo, en  noneto, Villes Ville Is the Place, Man!, uno de esos temas an los que Duke experimentaba con formaciones. En este caso prefirió una cuerda completa de trombones y poco de lo demás, lo que da un sonido profundo, muy cine negro, si se me permite la expresión.
Y entonces sí, iremos a la base aérea de Travis, en California, donde Duke y sus muchacho no efectuaron, en propiedad, un concierto, sino una sesión de baile.
Y aquí quiero hacer una apreciación. Saben ustedes que me encantan los conciertos en directo. Pero aún así, hay diferencias de matiz entre los diversos tipos de directo: una cosa es un grupo pequeño en un club, donde suele haber una gran calidez, una mayor libertad y algunos riesgos asumidos por parte de los intérpretes; los festivales, donde se entra casi en un contexto competitivo, y eso quiere decir un intento de mayor lucimiento, y donde, si el público responde, los resultados de empuje a los músicos pueden ser sublimes; los conciertos en auditorios y teatros, que acostumbran a ser más académicos. Un gran grupo como el de Ellington apenas tocaría en locales pequeños, de modo que estas "dancing dates" son una variación muy bien recibida sobre las actuaciones en auditorios o en festivales. ¿Por qué? Pues porque Ellington se libera un poco de "su" música  e interpreta estándares de otros compositores, una cosa que agradece la banda (y como comprobarán, el oyente); y porque lo que pierde en la interpretación de ciertos temas va compensado por la estructura de la música de baile, con esa alternancia de ritmo rápido y lento.
El caso es que los chicos de Ellington se lo pasaron en grande. Si yo hubiera estado allí, también. Abre con un swinger total, Main Stem, a todo trapo y perfectamente interpretado; y claro, sigue un lento perfecto, como es Dancing in the Dark. Acto seguido vendrá una de mis favoritas de todas las swingueantes de Ellington, Stompy Jones, pero con un arreglo verdaderamente original con respecto a las versiones anteriores de Duke. Un precioso Time on My Hands dará paso a la composición insignia de la banda de Chick Webb, Stompin' at the Savoy, con una introducción delicada de Ellington al piano antes de que la orquesta entre barriendo. Magistral. Entonces tendremos el saxo barítino de Harry Carney, como siempre imperial en su tema, Sophisticated Lady. Y puesto que hablamos de temas insignia, no podía faltar el Take the A Train, también con una introducción original de Ellington al piano. Ycerrará esta parte del concierto (habrá más) All Heart, dedicado a Ella Fitzgerald.
Como siempre, atentos a las explicaciones del Cifu, al que doy las gracias por traernos estas joyas del jazz.


Nota para la audición: Si el reproductor de RNE fallara, cosa que sucede con demasiada frecuencia, y no se mostrara bien en su pantalla, debajo de la caja del reproductor hay una serie de enlaces. Clicando sobre el último de ellos aparecerá la pantalla de los podcasts de Jazz Porque Sí, con un reproductor que, esta vez sí, reproducirá a la perfección el programa.

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