Una Semana de Lluvia, de Francisco García Pavón
Eds. Destino, col. Áncora y Delfín
Barcelona, 1971 [1970]
Aunque sólo sea porque durante años García Pavón fue el único representante del policiaco español, merece la pena echarle un vistazo a las novelas y relatos que tienen como protagonista al jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso, Manuel González "Plinio".
Plinio es un justicia filosófico y taciturno, una leyenda en el ámbito manchego por su sagacidad en resolver los casos en que interviene.
Las historias de Plinio, si no menospreciadas, fueron ignoradas por la intelectualidad del momento. El género policial era entonces considerado menor y de consumo, pero además, frente a la posición dominante de la literatura social, caían inmediatamente bajo sospecha de connivencia con el régimen, tanto más cuanto que su protagonista era un miembro de las fuerzas del orden, aunque esas fuerzas fueran tan bajas como la policía municipal de una ciudad que en la época tenía unos 27.000 habitantes. El tiempo proporciona otras perspectivas. Es cierto que Plinio, como personaje, representa el orden; pero, leyendo a García Pavón, uno tiene la impresión de que ese orden es más de tipo moral que político. No son novelas que se dediquen a ensalzar la vida bajo el franquismo; por supuesto, no se dedican a denostarlo (no hubieran sido publicadas), ni tampoco esconden una crítica simbólica; pero no rehúyen el tema de que en el pasado hubo una guerra civil con vencedores y vencidos, con unos exiliados que no volvieron y con otros que sí retornaron. No son novelas de izquierdas, pero sus personajes no dejan de expresarse ("Los que perdimos la guerra, lo perdimos todo... Perdimos también el rumbo y el dominio de nuestra propia vida"; "Y le advierto a usted que a mí no me molesta que haya ricos. Lo que me jode es que los hay porque otros no comen").
Por otra parte, como policiacos son más que apreciables, y tienen rasgos que las hacen distintivas. En primer lugar, su entorno rural, y eso ya es una rara avis en el género. En segundo, están imbricadas totalmente con el territorio y sus gentes. Y tercero, y aun cuando la trama prosigue, la descripción de tipos y usos es tan veraz que consigue el objetivo último de toda narración policíaca moderna, como es ser reflejo de una sociedad y la moral de una época.
Es así en esta Una Semana de Lluvia, en la que, con el tema de unos asesinatos con motivo sexual de fondo, García Pavón nos pasea por la vida en el campo y una pequeña ciudad de La Mancha, entre actuaciones policiales, conversaciones filosóficas, apuntes gastronómicos, humor y retratos sociales.
Enormemente popular en su día, la obra de García Pavón representó una más que digna aportación al género en una época en la que el policiaco en España era un páramo apemas habitado.
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