Mon Oncle, de Jacques Tati
SESIÓN MATINAL
(Mon Oncle); 1956
Director: Jacques Tati; Guión: Jacques Tati, Jacques Lagrange; Intérpretes: Jacques Tati (Monsieur Hulot), Jean-Pierre Zola (Charles Arpel), Adrienne Servantie (Madame Arpel), Alain Becourt (Gerard Arpel), Yvonne Arnaud (Georgette); Dir. de fotografía: Jean Bourgoin; Música: Alain Romain, Frank Barcellini.
A la vez un episodio más de la lucha del señor Hulot contra los objetos tecnológicos nuevos que constituyen una permanente amenaza en nombre del progreso, y un alegato y evocación de la infancia como un refugio anímico lúdico y feliz que no debiera perderse jamás, temas siempre favoritos para Tati.
La comedia se centra casi en exclusiva en la modernísima casa de su cuñado, un monumento a la modernidad, al papanatismo y al concepto de "por ser moderno, es mejor". Las escenas se suceden y todo es ridiculizado: los robots de cocina, las puertas automáticas, el mobiliario de diseño, la arquitectura esteticista. Todo, por supuesto ridiculizado por sí mismo, pero finalizado en desastre por el paso de un Hulot ante cuya inocencia el progreso y las máquinas tienen que entrar en conflicto, como si de un enemigo se tratara.
Contrastado, por supuesto, por las escenas con su sobrino, en las que lo que presenciamos es la infancia más elemental y simple, las diversiones más sencillas, el paraíso en un descampado.
Tati, incluso en sus momentos más débiles, es alguien que tiene que ser visto, porque nos recuerda que no por más técnica vamos a dejar de ser lo que somos y porque tal vez convendría que recordáramos más amenudo lo que realmente somos.
Un prodigio de humor.
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