Hitler, 1936-1945, de Ian Kershaw

(Hitler: 1936-1945. Nemesis)
Eds. Península, col. Atalaya
Barcelona, 20003 [2000]

Los dos volúmenes que conforman esta biografía hecha por Ian Kershaw han sido definidos por gente con más autoridad que la mía como "definitivos". Tienen toda la razón.
El género biográfico en torno a Hitler es difícil por varios motivos. Uno es la discriminación del material, en la cual la búsqueda de la coherencia puede ser un obstáculo para la misma objetividad. El partir de premisas puede hacer que se opte por ciertos documentos con preferencia a otros, y esto es tanto más cierto en el caso de Hitler, no una persona contradictoria en sí, pero alguien "contaminado" por demasiados testimonios que lo conocieron realizados a posterior con intenciones, muchas veces, autoexculpatorias y que iban destinadas a convertir a Hitler en un chivo expiatorio. La imagen de Hitler como un monstruo es correcta; la de Hitler como único responsable, no. En estos casos, la discriminación se vuelve difícil.
En segundo lugar, la cantidad de estos testimonios e interpelaciones es exorbitante y ello vuelve a dificultar la tarea del biógrafo. Tanto, que es necesario realizar la biografía de uno de los personajes más claves del siglo XX ex novo, partiendo de cero; pero eso quiere decir una labor ingente, descomunal.
Tercero, es necesario tener en cuenta los nuevos documentos que han surgido con la "liberación" de los archivos de la Europa del este, que todavía no han acabado de analizarse.
Cuarto, ha surgido la polémica de si el nazismo es historiografiable o no, de si hay que considerar esta época como un período más de la historia de Europa y de Alemania o bien como un período excepcional con reglas propias que lograron subvertir o no la realidad alemana. Es fácil ver que una u otra postura conllevan una carga ideológica (aunque sea mínima) que puede desequilibrar cualquier análisis histórico-biográfico.
Quinto, siempre existe la posibilidad de ser "secuestrado" por el personaje. Sumergirse en su vida, en sus hechos, conlleva el riesgo de buscar una racionalidad en los actos que a veces no existe, en una especie de justificación del personaje. Que Hitler sea fundamentalmente odioso no disminuye ese riesgo. Y buena prueba de ello fueron las actitudes de gente que estuvo en la cercanía de Adolf Hitler y sólo se desengañó cuando consideraron su suicidio en el búnker un acto de cobardía y deslealtad al pueblo alemán; siguieron "engañados" por el personaje incluso en medio del caos en el que estaban inmersos y del que Hitler era directamente responsable.
Kershaw supera estas dificultades de modo brillante. Con más de 170 páginas de notas (en texto corrido: las 4.550 notas hubiesen dado para un volumen aparte), uno queda con la impresión de que la investigación documentada ha sido de las más intensas jamás realizadas, y todas las palabras de los protagonistas, orales y escritas, están referenciadas; y valoradas cuando son dudosas y contradictorias con otros testimonios.
También es impresionante la investigación que se ha debido realizar sobre los testimonios y su fiabilidad, aplicando con rigor el método historiográfico.
Pero sobretodo es la ecuanimidad que Kernshaw se ha aplicado a sí mismo. No se ha dejado secuestrar por el personaje, pero él mismo reconoce que durante años ha vivido a la sombra de Hitler, alguien que le resulta detestable. Pero como dice Kernshaw, «esa condena me ayuda muy poco a entender porqué millones de alemanes [...] hallasen atractivo tanto de lo que Hitler significaba. [...] Mi tarea [...] ha sido, pues, no entregarme a disquisiciones morales sobre el problema del mal en un personaje histórico, sino intentar explicar el dominio que Hitler ejerció sobre una sociedad que acabó purgando un precio tan alto por el apoyo que le prestó. [...] Explicar: cómo Hitler pudo ejercer el poder absoluto que se le había permitido adquirir; cómo los más poderosos del país se ataron aún más a una forma sumamente personalizada de gobierno aclamada por millones y excepcional en el estado moderno, hasta que fueron ya incapaces de desprenderse de la voluntad de un hombre que estaba arrastrándoles inequívocamente por el camino que llevaba a la destrucción; y cómo los ciudadanos de este estado moderno se hicieron cómplices en una guerra genocida de un carácter desconocido hasta entonces por la humanidad, que condujo a un asesinato en masa patrocinado por el estado a una escala nunca vista, una destrucción continental y la devastación final de su propio país».
Después de leer esta biografía, sólo podemos decirle a Kernshaw: objetivo cumplido.

Portada y sinopsis

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2 comentarios:

Mannelig dijo...

Tenía buenas referencias de este libro y parece que vienes a confirmármelas. Sólo me estaba deteniendo su extensión, por lo de poder encontrar tiempo que dedicarle, pero supongo que deberé dejar las excusas a un lado.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Mannelig:
Es una biografía total. Es el segundo volumen, cuando Hitler ya está asentado en el poder, y por tanto es la parte más "política" de la biografía, pero tanto la tesis que mantiene sobre el estado nazi como sobre su principal impulsor esbastante definitiva. Y, sobre todo, documentada.
Un saludo!