La Música del Adiós, de Ian Rankin

(Exit Music)
RBA Libros, col. Serie Negra
Barcelona, 2008 [2007]

Esta es la última novela del inspector John Rebus, del departamento de investigación criminal de Edimburgo. Al menos, la última del personaje como inspector, ya que en ella se jubila. No sabemos si Rankin proseguirá la serie con la sargento Siobhan Clarke como protagonista o si Rebus seguirá en la serie, de civil o en colaboración con sus excolegas. En cualquier caso, es un punto de partida adecuado para comentar una serie que no siempre ha gozado de un respeto editorial óptimo en España, en unas ediciones que siempre han dejado al lector el trabajo de investigar cuál era el orden cronológico de las novelas, cuando en esta serie (como en todas aquellas en las que los personajes evolucionan y envejeces) el orden es fundamental.
Rankin se caracteriza por unas tramas que funcionan como una maquinaria bien engrasada. En este caso, el descubrimiento de un joven poeta ruso autoexiliado, asesinado en las calles de Edimburgo, justo cuando está de visita una tenebrosa misión comercial de empresarios rusos de trayectoria un tanto turbia. Como siempre en Rankin, esta trama se desarrolla con un ritmo preciso y que mantiene el interés del lector hasta el final.
Pero también Rankin es digno heredero de la gran novela negra clásica tal y como ha evolucionado en Europa, es decir, no abstrayéndose de la sociedad que rodea a los personajes. Leer las novelas del inspector Rebus es entrar en una crónica sociológica e histórica de un país que busca dubitativamente su identidad, Escocia; una búsqueda que se enmarca dentro de los acontecimientos que suceden en la Gran Bretaña y en el mundo.
Es esta tendencia, aprovechada con sabiduría y comprendida por autores tan dispares y alejados geográficamente como Mankell, Camilleri y otros, la que ha otorgado la primacía narrativa dentro del género a los escritores europeos, y que hace que trasciendan el mero asunto policial para entrar en el reflejo de la realidad en que vivimos.
El hilo conductor es el inspector Rebus, un policía díscolo, solitario e indisciplinado, alcohólico e inconformista, básicamente íntegro, pero independiente y poco respetuoso con los protocolos, que se apoya en el compañerismo de su colega Siobhan y en la ambigua y a veces contradictoria relación que mantiene con el gágster local, Big Ger Cafferty. Si todo esto les parece dejà vu, se lo admito. Es un cliché del detective de novela negra. Pero su implicación con los tiempos que vive y con el mundo que le rodea hace que John Rebus no sea una fotocopia de Philip Marlowe o de Lew Archer, sino que adquiera una personalidad propia.
A los amantes del género, les encantará. Al resto de lectores es más que probable que les interese. A los que dudan, les digo que vale la pena el intento.

btemplates

6 comentarios:

Germán Hernández dijo...

Estimado Luis, realmente no sabes cuan útil me resulta ir conociendo de algunos narradores policiacos contemporáneos.

Por estas latitudes es tan escaso lo que llega, y como la única guia que se tiene son las solapas de los libros que nunca aportan nada, y tan cervantinas en eso de que no hay libro tan malo, o peor, el exceso, todos los libros son buenos!.

Yo que me considero sin merecerlo un deborador de novela negra, admito cada vez que glosas sobre alguna o sobre algún autor, que sigo siendo un neófito.

Algo que me llamó la atención es apropósito de lo de la edición cronólogica de las obras de Ian Rankin... siempre he sentido esa desconsideración por parte de las editoriales, quizás sea una táctica de las editoras para para presentar cada producto como novedad, en especial para los lectores que sólo quieren entretenerse (eso no es malo, pero ignora a los que buscan un poco más).

Lo mismo me ha ocurrido con la serie negra que antaño publicara la extinta Bruguera, o las ediciones díscolas de las novelas del Comisario Maigret de Simenon.

En fin, una última cosa, sobre los clisés en la novela negra, acaso no es algo particularmente propio de ella y su virtud? El lector de novelas policiacas lo sabe de antemano, sólo espera que se de esa vuelta de tuerca, ese tratamiento que es capaz de volver sobre sí mismo y sorprender como la primera vez....

Un abrazo, y siempre gracias!!!!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Germán:
Pues de eso se trata, de ser de utilidad.
Y, por supuesto, para la editorial (y para algunos entrevistadores) todo libro es bueno, qué digo bueno, buenísimo. Y después viene el llanto y el crujir de dientes. Hay un problema, incluso en la crítica, y es que se confunde la diplomacia con la entrevista, el periodismo y la crítica literaria. Hay veces en que uno nota que el entramado de intereses es tan espeso, que las críticas que se hacen tienen más de juego político que de valoración literaria. Por eso, en este blog, opto por reseñar libros que creo merecen la pena, y obviar los malos.
Tienes razón en esto de las series: los libros tienen solapas, contraportadas, páginas de cortesía en blanco... pero muy poco respeto para el público lector. De todas maneras, no veo cómo puede ser perjudicial informar al lector de que tiene ante sí un placer adicional como puede ser el leer una serie de manera ordenada y consecutiva, extrayendo más jugo a los personajes de esta manera que haciéndolo de forma desordenada. E incluso, encariñándose con ellos.
Maigret es un infierno cronológico, entre otras cosas porque ni el mismo Simenon sabía organizar la vida de un personaje que hubiera acabado con ciento y pico años.
Y estoy totalmente de acuerdo contigo con los clisés. En los géneros, los aficionados ya no buscan, tal vez, el escalofrío de horror, la novedad fantacientífica o la intriga del asesinato, sino ver y reconocer unos modelos y observar su adecuada (o no) utilización y esas vueltas de tuerca que comentas.
Un comentario tremendamente enjundioso, este que has hecho. Gracias a ti por ello, y un muy cordial saludo!

Luissiana Naranjo dijo...

Interesante análisis. Ciertamente son limitadas las obras policíacas con contenido realmente literario y de calidad que pueden ser leídas por estos lares.

Me agrada tu comentario sobre la posición actual de la crítica y su enfoque central en la valoración política o social de la obra, si bien es cierto,esos elementos son sustanciales para interpretar, hay otros rasgos más literarios que como lectores buscamos o queremos ver.
Saludos

Lluís Salvador dijo...

Hola, Luissiana:
Bienvenida, y gracias por el comentario. Con toda libertad, pasa cuando quieras y comenta lo que te plazca.
En principio, los grandes del género (Chandler, Hammett, MacDonald) revolucionaron el estilo del policíaco americano, no sólo en temática, sino también en empleo del lenguaje. Después, el género, como es natural y salvo las esporádicas apariciones de algún genio de rigor (Ellroy, por ejemplo) cayó en el mecanicismo, en la búsqueda de la historia por la historia en sí.
Últimamente, fuera de las fronteras de los USA es cuando el género está sufriendo una renovación de contenidos y estilística (Camilleri, Mankell, Izzo, Yasmina Khadra) que lo vuelven a enraizar con la sociedad contemporánea y a resultar obras totalmente literarias. El caso de Rankin no es muy brillante literariamente, pero es más que correcto, y emplea sus recursos con sabiduría.
Y respecto a la crítica, lo que digo lo llevo diciendo hace años, pero ya he perdido las esperanzas de que la situación cambie algún día.
Un saludo!

Carmen dijo...

Lo anotaré, no lo conocía, el género de novela negra me encanta, tu lo sabes. Y Rubem Fonseca es uno de los de este continente que más me gusta el estilo.

Por otro lado y ya que sits a Mankell ¿cómo ves a ese otro sueco que está arrasando los mercados? Stieg Larsson.
Un abrazo

Lluís Salvador dijo...

Hola, Carmen:
Dentro de los autores "nuevos" del género, Rankin es, no uno de los que considero mejores, pero sí uno de los que consistentemente me interesan...
¡Te gusta Fonseca! Mi opinión de Rubem es muy, muy alta... Y tengo previsto hacer una reseña de un libro de cuentos suyo, y de alguna novela más.
Con Mankell este blog, y por tanto un servidor, tiene una deuda todavía no saldada. Espero que pronto lo comentaré.
Y respecto a Larsson, estoy un poco a la expectativa de que se calme el clamor de entusiasmos y envidias. Hay demasiado ruido, no sé si me explico... El otro día salieron las cifras de ventas de Larsson: 12 millones de ejemplares en todo el mundo. Bueno, son muchos, pero me sorprendió porque no son tantos (al fin y al cabo, Ruiz Zafón lleva vendidos 40 millones sólo de una novela, La Sombra del Viento). Hay demasiado márketing integrado en la cuestión Larsson. Prefiero dejarlo reposar y entonces juzgar con algo más de distancia...
Un saludo!