Por Qué Creemos en Cosas Raras, de Michael Shermer

(Why People Believe Weird Things)
Alba Editorial, col. Trayectos, serie Lecturas
Barcelona, 2008 [1997, 2002]
Prólogo de Stephen Jay Gould

¿De qué cosas raras habla Shermer? El subtítulo nos lo aclara: Pseudociencia, superstición y otras confusiones de nuestro tiempo.
En efecto, en este estudio el autor da un repaso a las falsas creencias que, por uno u otro motivo, han llegado a tener un papel a veces preponderante, a veces ridículo, en nuestra sociedad contemporánea. Las curaciones paranormales, las experiencias cercanas a la muerte y la búsqueda de la inmortalidad, las abducciones y los encuentros con alienígenas, la caza de brujas (no en el sentido medieval del término, sino en fenómenos modernos, como la paranoia satánica o la de abusos en la infancia, aunque el sistema de acusación y realimentación del fenómeno es el mismo que la quema de brujas del siglo XVII), el creacionismo, la pseudohistoria, la negación del Holocausto, el panafricanismo y la perenne manía de intentar mezclar religión y ciencia.
Todas estas "cosas raras" son puestas en solfa por Shermer, con una prosa clara, una argumentación lógica y sencilla y, sobre todo, con unas refutaciones que no entran en lo personal (es sorprendente y magnífico el respeto que Shermer muestra por los "adversarios"), sino en las cuestiones fundamentales: la carga de la prueba, la evitación del razonamiento circular, los falsos silogismos y, en general, descubrir las trampas y los vicios que acompañan a cualquier creencia, por mínima y absurda que sea: como deseo creer en esto, busco cualquier argumento que refuerce esta creencia y desecho cualquiera que la refute.
Son debates necesarios, porque en una sociedad libre se tiene la tendencia a pensar que todas las opiniones son válidas y que toda creencia tiene razón de ser. Y no. Uno puede tener fe en lo que quiera, pero lo que no puede es pretender que eso sea verdad científica sin pasar por el método científico. No se puede negar la evidencia de las cámaras de gas en los campos de exterminio. O mejor dicho, no se puede negar mediante ignorar testimonios de su existencia y función y pedir como única prueba válida que surja alguien que viera cómo moría la gente dentro de las cámaras de gas, es decir, que estuviera allí dentro mientras se producía el hecho. Esto es hacer trampa, y esa trampa es la que Shermer pone al descubierto. Entre muchas otras, en este y otros temas. Y lo hace sistemática y lógicamente.
Aún así, la cuestión sigue: ¿Por qué cree la gente en cosas raras? Michael Shermer proporciona respuestas a esta pregunta, una de las cuales (y no poco importante) es que creer consuela, da esperanza.
Pero va más allá. ¿Por qué la gente lista cree en cosas raras? En efecto, no se trata de que un leñador iletrado perdido en las montañas pueda creer en el Bigfoot, sino de porqué un doctorado en Harvard crea en cosas raras y las justifique según sus capacidades intelectuales. La primera respuesta es que la gente lista cree en cosas raras porque está entrenada para defender creencias y afirmaciones a las que ha llegado por razones poco inteligentes. Es decir, la gente lista es igualmente vulnerable a lo irracional que el resto de seres humanos. Como no podía ser de otra manera. Pero Shermer demuestra (demuestra, sí) que se produce este fenómeno. Preguntada una amplia muestra por qué creían en algo y por qué creían que el resto de gente creía en ese mismo algo, las respuestas fueron, en una mayoría más que significativa: creo por razones intelectuales y el resto de gente cree por razones emocionales. Es decir, que la gente formada justifica sus creencias, que en realidad, no son sino respuestas emocionales.
Es este un libro utilísimo, claro y ameno, que nos enseña a no comulgar con ruedas de molino, a no creer en todo e, incluso, a reexaminarnos a nosotros mismos y a nuestras creencias. Algo muy necesario en los tiempos que vivimos.

btemplates

4 comentarios:

En el zaguán dijo...

En efecto, es sorprendente la cantidad de gente "lista" que creen en cosas raras. Nosotros que amamos la literatura, a cada momento encontramos genios con creencias sorprendentes, se me ocurre por ejemplo Pessoa y su relación con la numerología. Es un libro que ya su título da para reflexionar. Muy buena entrada. Saludos.

arthur stone dijo...

Mu chulo el artículo.

Pásate por mi blog

http://lisbetsalander.blogspot.com

Lluís Salvador dijo...

Hola, Javier:
Gran ejemplo, el que pones... Pero no sólo escritores; el problema son científicos que creen en cosas raras. Y las defienden muy bien, además. Y se requiere entonces un esfuerzo extra para sacar la verdad adelante.
Un saludo!

Hola, Arthur:
Gracias, y bienvenido. Y ánimo con el blog.
Un saludo!

Daniel dijo...

Usted ve, aquí sí estamos de acuerdo.

Saludos