Jerusalem's Lot, de Stephen King

En The World Fantasy Awards, vol. 2
Doubleday & Co., col. Science Fiction
Garden City (Nueva York), 1980 [1978]
Ed. de Stuart David Schiff y Fritz Leiber

Dos años antes Stephen King había publicado su novela 'Salem's Lot (titulada en principio La Hora del Vampiro en España), donde retomaba la gran novela vampírica y la ponía en tiempos modernos. Desconozco si este relato se escribió antes o después que la novela; el caso es que King lo incluyó en la colección de relatos Night Shift, dándole así el placet y haciendo un guiño a los lectores poniendo en el mismo lugar geográfico que su novela de vampiros una historia de los Mitos de Cthulhu.
Lo fácil hubiera sido, caso de no querer relacionar ambas historias, cambiar el nombre de la población y en lugar de Jerusalem's Lot llamarla, qué sé yo, Terrorville. No lo hizo así, y es lógico. Los lectores de King saben que éste presta gran atención al tema del "mal lugar", sea una casa o, como en este caso, todo un pueblo. Y al mismo King le debió parecer una buena ironía que allá donde ponía un Gyyagin en 1850 fuera un lugar atractivo para que un vampiro del siglo XX se instalara.
De modo que tenemos una precuela. Y también un homenaje a los mitos lovecraftianos. Y a su estilo narrativo. El relato se inicia en 1850 de forma epistolar, método empleado ampliamente por Lovecraft y sus seguidores, cuando Charles Boone toma posesión de la casa familiar que hasta entonces había detentado otra rama de la familia. De inmediato, King se pone manos a la obra en hacer de este cuento una escalada de inquietud y terror, primero con ruidos en las paredes que parecen producidos por ratas, pese a que no hay ni agujeros ni grietas, después con la aprensión de la sirvienta que viene a limpiar la casa, el temor de los habitantes de los alrededores y la presencia de un pueblo, abandonado hace largo tiempo pero intacto, llamado Jerusalem's Lot, en cuya iglesia, en lugar de la Biblia, hay un ejemplar del libro De Vermis Mysteriis.
King, prolífico como es, a diferencia de otros escritores del género no es ni un estafador ni alguien dado a la explotación gratuita. Se nota que disfruta escribiendo, y eso se transmite al lector. Debió pasárselo en grande permitiéndose escribir una historia à la Lovecraft, respetuosa y canónica (y mucho mejor que las de muchos continuadores lovecraftianos), estableciendo así una continuidad genealógica entre el terror del genio de Providence y su propia ficción. Utilizando todas las oportunidades que el relato le ofrecía y haciéndolo con suficiente estilo y oportunidad como para que Jerusalem's Lot no resulte ni un pastiche ni una parodia, sino un guiño inteligente e irónico a sí mismo, a la tradición del género y al lector.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto, el cuento es un homenaje al mundo de Lovecraft. Buen comentario.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Anónimo
Gracias, y bienvenido a este blog.
Un saludo!