El Silencio de los Corderos, de Jonathan Demme

SESIÓN MATINAL

(Silence of the Lambs); 1990

Director: Jonathan Demme; Guión: Ted Tally, basado en la novela de Thomas Harris; Intérpretes: Jodie Foster (Clarice Starling), Anthony Hopkins (Dr. Hannibal Lecter), Scott Glenn (Jack Crawford), Ted Levine (Jame "Buffalo Bill" Gumb), Anthony Heald (Dr. Frederick Chilton), Kasi Lemmons (Ardelia Mapp), Lawrence J. Wrentz (Agente Burroughs), Frankie Faison (Barney Matthews), Roger Corman (Director del FBI Hayden Burke); Dir de fotografía: Tak Fujimoto; Música: Howard Shore; Diseño de producción: Kristi Zea; Montaje: Craig McKay.

Como sucedió con Misery, esta película realizó un asalto en toda regla a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, y logró un éxito inesperado tratándose de una película de terror al obtener el "Gran Slam": Mejor película, director, actor, actriz y guión. Era una de las escasas ocasiones en las que los académicos transigían a premiar con los "grandes" a una película de género "menor" (si mi memoria no me falla, hasta el oscar a Sin Perdón la Academia jamás había premiado a una película de la épica americana por excelencia, el western; por ejemplo).
Las razones no hay que buscarlas demasiado lejos: técnicamente la película es impecable. Una buena dirección, fotografía, diseño de producción, montaje y música apoyaban a un guión vivaz y tenso a la vez, que guiaba de la mano al espectador pero sin tratarlo de idiota.
Pero sin duda el punto de inflexión lo constituyeron las interpretaciones principales. Que Anthony Hopkins era capaz de realizar cualquier proeza interpretativa se sabía ya, de modo que no era una sorpresa su contenida e inquietante interpretación de Hannibal Lecter. Que Jodie Foster, pese a algunos tropiezos, era también una de las mejores actrices de su generación era conocido. Y sin embargo, la combinación de ambos resultó a la vez explosiva y una bendición para los espectadores. No se sabe bien cómo, pero lograron una de las combinaciones interpretativas con más pathos de la historia del cine; no sólo parece existir una tensión sexual sin resolver entre ambos, sino que se palpa un ambiente de atracción morbosa y de repulsión inherente por parte de Clarice Starling, y un interés más que ominoso por parte de Lecter hacia ella.
En cualquier caso, el cine ya había demostrado antes que se podían hacer películas de terror magistrales (pregúntenle a Hitchcock), pero los académicos no las habñian reconocido. El Silencio de los Corderos cambió todo eso, y si el cine de Hollywood es hoy día de menos calidad, por muchos motivos que tienen más que ver con la industria que con el arte, sí por lo menos su academia es más abierta.
Una película muy cercana a la obra maestra, que es capaz de cumplir a la perfección con su función principal, es decir, inquietar al espectador.
(Por cierto, hay unos cuantos cameos dentro de la película: los que más conciernen al género son los de Roger Corman haciendo de director del FBI y el de George A. Romero como agente; un toque de sombrero por parte de Demme a los padres de la ficción terrorífica americana vivientes.)

Tráiler:

btemplates

2 comentarios:

Jordi Guerola dijo...

El primer visionado me resultó inquietante, el segundo ya menos. Gran película pero para mí de las que se han de ver una única vez.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Estonetes:
Mmmm... interesante apreciación. Estaría de acuerdo en que ya vista pierde potencial de sorpresa la trama (y por tanto, causa menos inquietud), pero yo diría que quedan otras cosas para visionados posteriores. La actuacuión de Hopkins está llena de matices, por ejemplo. Y el trabajo con la cámara de Demme merece la pena revisarse...
Un saludo!