Los Sinsabores del Verdadero Policía, de Roberto Bolaño

Ed. Anagrama, col. Narrativas Hispánicas
Barcelona, 2011 [c. 1980-2003]

Teniendo en mente una cita del propio Bolaño, "El policía es el lector, que busca en vano ordenar esta novela endemoniada", Anagrama nos presenta esta novela póstuma, que puede o puede que no esté inconclusa. Difícil de decir en un autor que renunció siempre y de forma voluntaria a hacer de sus textos obras cerradas.
Lo único que podemos decir es que, según este postulado y como ya sucediera con 2666, Los Sinsabores del Verdadero Policía es un texto completo en sí mismo, y si Bolaño (que lo desarrolló desde los años ochenta hasta su muerte) hubiera querido hacer algo más con él, este algo hubiera sido ampliarlo, desarrollarlo más, pero dudo de que lo hubiera reducido; si acaso, hubiera segregado alguna parte, que hubiera podido convertirse en una nueva pieza del mosaico sin marco que constituye toda su obra de madurez.
La mejor manera de imaginarse la ficción de Bolaño es como un lienzo ilimitado en el que se depositan, sin aparente orden, una serie de ideas núcleo, puntos desde los que irradian diversas líneas argumentales o de personajes, que a veces se entrecruzan con las líneas que surgen de otras ideas núcleo; posteriores escritos depositan nuevos puntos de irradiación, o prolongan los antiguos, y estas nuevas radiaciones interaccionan con las de otros escritos. Unas líneas que, por supuesto, no tienen fin en su ficción, que es, repito, voluntariamente ilimitada.
Si en 2666 esto ya era evidente, en Los Sinsabores del Verdadero Policía todavía se hace más claro. Amalfitano, Pancho Monje, la ciudad de Santa Teresa, Arcimboldi, etc., se pasean por estas páginas evocando en el lector los recuerdos de otras obras de Bolaño, reproduciendo o matizando las situaciones que se producían en éstas o prolongándolas de manera que el lector las rememora, las descubre o las complementa a su gusto.
Herralde afirma que el centro oculto de Estrella Distante, Llamadas Telefónicas, Los Detectives Salvajes y 2666 puede hallarse en esta novela. En efecto, el lector que haya pasado por todas o alguna de estas novelas tiene esa misma impresión, la sensación de encontrarse ante la clave que, no soluciona, pero sí une esos textos. Aun cuando ese nexo es más sugerente que explicativo, más asertivo que descifrado.
2666, esa novela tal vez inconclusa pero no incompleta, es considerada (y estoy de acuerdo) como la obra mayor de Bolaño. Si bien lo es por extensión, aliento y ambición, creo que el tiempo cambiará esta perspectiva (sobre todo si se descubren otros textos relacionales) hasta llegar a la conclusión de que será un conjunto de textos la opera magna de Bolaño. Un conjunto que tendrá la curiosa y rara virtud de poderse leer en cualquier orden (y a partir de esta afirmación se abren perspectivas de interpretación inmensas), y no tener que leer todos los textos para tener una visión de conjunto. Bolaño efectúa en sus novelas marchas y contramarchas, pasa de nuevo por situaciones ya experimentadas en otra parte, pero no son copias de las mismas; son hechos que se ven desde otro punto de vista, lo cual, necesariamente, modifica el hecho mismo.
En este descubrimiento paulatino de una obra caleidoscópica, abierta y que crea un universo propio que no deja indiferente, estamos ante el raro fenómeno de una obra que no insiste en ser maestra, una sucesión de intentos hasta llegar a la "gran" novela, sino un conjunto que, aislado es grandioso, pero tomado de forma unitaria es descomunal.

Portada y sinopsis

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4 comentarios:

milserifas dijo...

Me encantó la reseña. Ya, solo eso. (Después de haber leído todo Bolaño -con devoción-, le tenía un poco de recelo a estas obras "recuperadas", pero creo que me haré a un ejemplar de esta y la leeré).

Lluís Salvador dijo...

Hola, milserifas:
Primero, disculpas. En el retraso de la publicación de tu comentario, y en la respuesta. Asuntos de hospitales primero me hicieron darte una respuesta provisional. Después, no sé qué ha sucedido con Blogger, pero el caso es que tu comentario y mi respuesta desaparecieron (y tampoco se han publicado dos entradas que tenía programadas, pero eso por mucho que sea incómodo, es solucionable). De modo que disculpas de nuevo.
Francamente, te confieso que ese recelo del que hablas lo tenía yo también. Incluso me sigue quedando la duda de cómo se hubiera resuelto (no en resolución de trama, pero sí en evolución consciente por parte del autor) "2666". Ni me convencieron entonces ni lo hacen ahora esas proclamas de que 2666 era una obra completa y acabada. POdemos considerarla así porque no tenemos otra cosa, pero si Bolaño la hubiera terminado de veras, la hubiera dado a publicación. La diferencia es sutil pero significativa. En cualquier caso, 2666, inacabada como estaba, era ya tan fascinante que no dudé en concederle una lectura a los Sinsabores. Y no me ha defraudado. Ciertamente no tengo ni idea de cómo podría haber desarrollado, corregido, segregado, añadido o quitado Bolaño de este texto, pero como parte integrante de ese "universo Bolaño", sirve. Y sirve mucho. No es que proporcione las claves de su ficción, Bolaño no era de esos, pero sí que uno intuye un eslabón que hace reflexionar sonre las anteriores obras del autor, y en eso Los Sinsabores... se sitúa dentro de un canon imprescindible de este autor, tal vez uno de los pocos de los auténticos posmodernos de las letras hispánicas en el que de inmediato se reconoce el genio.
Un cordial saludo!

Joel dijo...

Me acabo de comprar Los Sinsabores del Verdadero Policia, y apenas comienzo, me encuentro con el mismo texto calcado (acerca de la poesia y el tipo de sexualidad de los escritores) que relata Epifanio (algo así era su nombre) en Detectives Salvajes, por el medio de la primera parte (Mexicanos Perdidos en Mexico). Lo busqué, y relata exactamente lo mismo, párrafo por párrafo, punto por punto, coma por coma, autor por autor. Las mismas preguntas y respuestas. ¿Realmente Bolaño se autoplagio y puso 3 páginas identicas en este libro pero con otros personajes?? Creo que de haberlo editado él en vida habrías sacado o cambiado dicho comienzo, que despues de escribirlo decidió ponerlo en Detectives. ¿Que opinan? ¿Saben de lo que hablo? una lastima.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Joel:
Bueno, la lástima es que Bolaño muriera antes de poder completar una obra que se iba relacionando consigo misma conforme editaba novelas y relatos. Los Sinsabores es probablemente el alma de estas novelas Detectives Salvajes, 2666, Llamadas Telefónicas... Empezó a escribirla en los años 80 y seguíe en ello cuando murió. Todas las historias de estas novelas se entrecruzan en Los sinsabores... y el redactado de los sinsabores es, seguro, anterior al de los Detectives Salvajes. Y es seguro que Bolaño aprovechó textos en las novelas que sí fue entregando para su publicación. Y es probable que, de no haber muerto, otros fragmentos de Los Sinsabores se hubiesen convertido en otras novelas, en boca de otros personajes o de los mismos).
Las consideraciones de autoplagio no son apropiadas, puesto que Bolaño murió antes de que pudiera decidir si se daba a la imprenta (y cómo) Los Sinsabores...
En cualquier caso, la contraportada del libro, si bien es algo equívoca, sí deja ver que se trata de un texto póstumo, y por tanto que nos vamos a encontrar con estas y con otras cosas. Por descontado, yo lamento la falta de ilación entre las partes de Los Sinsabores (pese a que esta misma falta de cohesión le confiere un sabor especial), y lamento también falta de desarrollo en ciertas partes. Me encanta ver cómo la historia se imbrica en las varias novelas que pueden constituir el ciclo, y me proporciona un punto de vista distinto el contemplarlas a través de Los Sinsabores... que no verlas cada una como un ente independiente pero relacionado.
Son cosas así las que redimen el rescate de textos póstumos. Y son estos textos póstumos los que nos hacen maldecir las muertes prematuras de los grandes narradores.
Un cordial saludo!