El Hombre Tranquilo, de John Ford

SESIÓN MATINAL

(The Quiet Man); 1952

Director: John Ford; Guión: Frank Nugent, basado en un argumento de Maurice Walsh; Intérpretes: John Wayne (Sean Thornton), Maureen O'Hara (Mary Kate Danaher), Barry Fitzgerald (Michaleen Oge Flynn), Victor McLaglen ("Red" Will Danaher), Ward Bond (padre Peter Lonergan), Mildred Natwick (la viuda Sarah Tillane), Francis Ford (Dan Tobin), Arthur Shields (reverendo Cyril Playfair), Eileen Crowe (Sra. Elizabeth Palyfair), Sean McClory (Owen Glynn), Jack McGowran (Ignatius Feeney); Dir. de fotografía: Winton C. Hoch y Archie Stout; Música: Victor Young.

Una historia tan sencilla que asombra cómo puede convertirse, en palabras de Michaleen Flynn, en algo "homérico". Un boxeador vuelve de los Estados Unidos al pueblo irlandés de su niñez, retirado por haber matado a un hombre en el cuadrilátero. Allí comprará la casita en la que vivía con su madre y se enamorará de la indómita Mary Kate Danaher, que resulta que es la hermana del tipo más bestia y arrogante del pueblo, "Red" Danaher. Una vez casados, Red se niega a pagar la dote de Mary Kate, cosa que a Thornton le importa un bledo, pero que a Mary Kate le resulta un insulto y una muestra de pusilanimidad por parte de su marido. Sean Thornton tendrá que hacer de tripas corazón y volver a enfrentarse con los puños a alguien, algo que había prometido no volver a hacer en la vida.
El buen cine no necesita más si el que está detrás de la cámara es el maestro John Ford. Cuando en una película se reúnen tantas geniales interpretaciones, la de Wayne como Thornton, la de Maureen O'Hara como Mary Kate, la de un inmenso Victor McLaglen como Red, la de un adorable Barry Fitzgerald como Michaleen, la de un Ward Bond como un intenso sacerdote, quiere decir que un director dirige, y dirige muy bien. Súmese a ello la siempre conocida sensibilidad de Ford para con los paisajes (los naturales; algunas tomas de estudio son menos logradas) y que se reunió con unos magníficos fotógrafos como Hoch y Stout (éste en la segunda unidad) y con la música irlandesa y tendremos una miniatura que trasciende su duración y se convierte en un fresco de la vida rural y en una representación de la vida y las tradiciones ─absurdas─ de un pueblo. Incluso opera al modo Hitchcock con el suspense: el espectador sabe el secreto de Sean, que ni Mary Kate ni el resto del pueblo conoce, y eso sólo ya es motivo para que la tensión se mantenga. Pero hay además una historia de amor; y unos toques de humor insuperables.
Algunos han tildado a esta película de "machista". Tengo que decirles que el postulado es justo el contrario: Sean Thornton, ese hombre que duerme en un saco, precisamente llega para no hacer ni caso de las tradiciones; las respeta, pero no van con él. Sólo cuando se le ponga en la disyuntiva de perder lo que más quiere se adaptará, muy a regañadientes, a estos usos que considera obsoletos. Y uno sospecha que será la última vez que lo haga.
Revisitable cuantas veces haga falta. No cansa jamás y siempre aporta un aire de frescura. De buen, magnífico cine.

Tráiler:

btemplates

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una de las películas favoritas de mi vida. Magnífica.

Gracias por esta entrada ;)

(Susana)

Lluís Salvador dijo...

Hola, Susana:
Una de mis favoritas también. El otro día la volvieron a pasar por la tele y, por primera vez, pude verla en V. O. Un regocijo.
Un saludo!