Capitán Blood, de Rafael Sabatini

(Captain Blood)
Edhasa, col. Biblioteca de la Aventura
Barcelona, 2004 [1922]

En este país, la novela de aventuras, en concreto "las de piratas", suele evocar el nombre de Emilio Salgari, por una difusión que probablemente tiene que ver con la proximidad geográfica de su autor.
Bien, con todos los respetos para Salgari y su corsario negro (y la hija de éste, Yolanda, un caso a estudiar, por lo escaso, de protagonismo femenino), aquellos que se pierden por Salgari no han leído a Sabatini. Por acumulación de recursos, ritmo, acción y trama, los cuatro locos que disfrutamos con la novela clásica de aventuras tenemos reservado un puesto de honor a Sabatini (véase El Club Dumas, de Arturo Pérez-Reverte, para encontrar ejemplos de porqué).
Peter Blood es un médico en la Inglaterra rural que ejerce su profesión después de una juventud aventurera, sin meterse con nadie, y sobre todo sin meterse en la lucha entre el futuro rey Jacobo II de Inglaterra y el pretendiente Duque de Monmouth.
No obstante, el ejercer su profesión con toda lealtad a sus principios de auxiliar al herido le llevará a ser condenado a la horca por traición, sentencia que será conmutada por la de esclavitud en una de las plantaciones británicas en la isla de Barbuda, en el Caribe.
Enfrentado a la brutalidad del esclavismo, Blood cogerá la oportunidad por los cabellos y escapará en la primera ocasión que se le presente, no hacia el anonimato, sino hacia la revancha, y se convertirá en el muy famoso y temido capitán pirata Peter Blood, Pedro Sangre, Pierre Le Sang, un muy peculiar filibustero que mantiene su código de honor de caballero y que alcanza el prestigio no por su brutalidad y depredaciones, sino por su ingenio, audacia y generosidad.
Pero también con la desesperación de no poder reivindicarse frente a Arabella Bishop, la sobrina del brutal plantador que le mantenía prisionero. Primero por su condición de esclavo y después por la de ladrón y pirata.
Es este el motor que mueve las acciones de Blood y le impide pasar al anonimato, a una nueva identidad. Un imán que le mantiene unido al Caribe y, curiosamente, a una profesión que no le puede traer esa ansiada rehabilitación.
En cuestión de acción, el libro es trepidante. En su ritmo, es atrayente hasta la absorción. En personajes, estereotipados como pueden parecer, Sabatini marca ciertas diferencias. Los héroes de Sabatini suelen ser inteligentes y cultos, y acostumbra a valorar más la nobleza de actuación que la de sangre. Pero casi todos ellos arrastran un conflicto interior. También las mujeres de sabatini se salen (aunque no mucho; los clichés del género y la época son bastante inflexibles) del acostumbrado estereotipo de inmóviles objetos de adoración (aunque esta Arabella es uno de los personajes femeninos menos "activos" de Sabatini).
Por las razones que apuntaba al principio, no leí de joven a Sabatini. Desde que cayó en mis manos Scaramouche, sin embargo, no me pierdo ni uno de sus libros. No me ha defraudado jamás.

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4 comentarios:

lokacomotumadre dijo...

Hola, gracias por seguir mi blog. Otra cosa, este libro parece interesante, no creo que lo consiga en ARGENTINA, pero lo buscaré en la net,saludos

Lluís Salvador dijo...

Hola, Lokacomotumadre:
De nada. Y no es mera cortesía, sino interés.
Con esto de la distribución latinoamericana (y sus precios) siempre me sulfuro un poco, pero es tema antiguo. Si lees en inglés, puedes encontrarlo casi seguro en www.gutenberg.org ,junto con otras obras de Sabatini. Todas interesantes en mayor o menor medida dentro del género de aventuras o la novela histórica.
Un saludo!

Anónimo dijo...

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Lluís Salvador dijo...

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