Cautivos del Mal, de Vincente Minnelli

SESIÓN MATINAL

(The Bad and the Beautiful)
1952

Director: Vincente Minnelli; Guión: Charles Schnee, basado en una historia de George Bradshaw; Intérpretes: Lana Turner (Georgia Larisson), Kirk Douglas (Jonathan Shields), Walter Pidgeon (Harry Pebbel), Dick Powell (James Lee Bartlow), Barry Sullivan (Fred Amiel), Gloria Grahame (Rosemary Bartlow), Gilbert Roland (Víctor 'Gaucho' Ribera), Leo G. Carroll (Henry Whitfield), Vanessa Brown (Kay Amiel), Paul Stewart (Syd Murphy), Sammy White (Gus), Elaine Stewart (Lila), Ivan Triesault (Von Ellstein); Música: David Raksin; Dir. de Fotografía: Robert Surtees; Montaje: Conrad A. Nervig; Dir. Artística: Edward Carfagno y Cedric Gibbons; Sonido: Douglas Shearer.

Aunque no son escasas, las películas sobre el cine constituyen una minoría. Esta es una de las más críticas, a la vez que épicas (con una épica sucia, todo hay que decirlo), con el sistema de producción de Hollywood. Una actriz (Turner), un guionista (Powell) y un director (Sullivan) dejan claro, mediante flashbacks de sus historias personales, porqué no volverán a rodar una película con el magnate del cine Douglas. Estas historias conforman un relato de cómo este productor salió de la serie B para rodar películas de gran presupuesto, siempre al servicio de su arte (¿o de su egolatría?) aunque ello signifique incluso destrozar vidas. De entre un repertorio de grandes interpretaciones, destaca en particular la de Kirk Douglas, en una actuación ambivalente y enérgica que, a la vez que le hace un personaje repulsivo, no podemos dejar de admirar por su entrega, su visión titánica del cine como algo superior a la vida, su tenacidad ante las dificultades, su impulso para conseguir levantar un imperio, no para enriquecerse (al principio del filme, está casi arruinado) sino para hacer mejores películas.
Un film más que notable en muchos aspectos: dirección, interpretación, fotografía, guión, dirección artística, no es tan conocido como otros grandes títulos, pero sin duda merece una reivindicación.

Tráiler:

btemplates

3 comentarios:

Vivian dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, una gran película que merece una reivindicación, y coincido también en tu visión del personaje de Douglas, mezquino pero a la vez capaz de despertar admiración.

Acabo de descubrir tu blog, un gran descubrimiento.

Un saludo

Lluís Salvador dijo...

Hola, Vivian:
En primer lugar, bienvenida: Siéntete a gusto para comentar, objetar, sugerir y todo lo que se te ocurra.
Y gracias por el comentario. Es una película (extrañamente) a la que no me he tenido que re-referir, sino que era la primera vez que la veía, y lo primero que me llamó la atención es esa ambivalencia en la interpretación de Douglas, que me fascinó.
Hmmm... Fue Raymond Chandler quien, refiriéndose al mundo del cine (creo que en "La Hermana Pequeña", pero no estoy seguro) dijo algo así como "viven vidas intensas, pero el público les pide esa intensidad, para poder rozar después esa brillantez viendo sus películas y huir de sus vidas anodinas". No era así, estoy seguro, pero el mensaje era este. En el caso de Douglas/Shields, este mensaje queda también perfectamente transmitido: el cine es más grande que la vida, el cine debe ser más importante que la vida. No es que esté de acuerdo, pero la expresión de este mensaje me fascina.
Un saludo, y hasta pronto!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Vivian:
Sabía que el viejo Raymond lo había expresado mucho mejor de lo que mi pobre memoria puede recordar. Esta es la cita:
"Si los actores no llevan una vida arrebatada y, en general, desordenada, si no se dejaran dominar por sus pasiones, pues bien, serían incapaces de coger estas pasiones al vuelo y de comunicárnoslas gracias a algunos metros de película."
Muy diferente a lo que citaba ayer. Por lo menos, me consuela un detalle; no estoy irremisiblemente perdido: la cita SÍ es de "La Hermana Pequeña".
Un saludo!