Les Luthiers de la L a la S, de Daniel Samper Pizano

Ediciones B
Barcelona, 2007

Este libro (que ya tenía edición argentina en los años noventa, por Editorial de la Flor), un adecuado compañero para aquellos que disfrutamos de Les Luthiers, representa, no se lo voy a negar, un mero pretexto para hablar de este conjunto genial.
Si Les Luthiers fueran, como en sus inicios, un simple grupo de instrumentos informales dedicado a las bromas musicales, no tendría objeto mencionarlos aquí, un blog esencialmente literario. El género de la broma musical tiene un largo recorrido en la historia, casi desde sus mismos inicios, y muchas de éstas son hoy interpretadas con toda seriedad en las salas de conciertos (como la suite Háry János, de Zoltán Kodály, con sus iniciales tres estornudos orquestales, que indican en clave que lo que sigue no es más que una humorada).
Sin embargo, y ya desde sus principios, la necesidad de arropar con presentaciones sus obras musicales (y de aprovechar la magnífica voz de Marcos Mundstock) debió conllevar unos textos que, revestidos de aparente seriedad, estuvieran en consonancia con el tono jocoso de la música.
Este debió ser un modelo que se agotó rápidamente. Por muy divertidos que fueran musicalmente la Cantata Laxatón o el Concerto Grosso alla Rustica, el mundo filarmónico era demasiado serio y el gran público demasiado reticente a gozar de un programa de música jocosa pero "seria" como para durar.
De modo que Les Luthiers decidieron aprovechar todas las posibilidades de la representación escénica sin renunciar a sus orígenes.
Fue un golpe maestro.
Debo recordarme en este artículo que es plausible que exista en el mundo de habla hispana algunas personas que no conozcan a Les Luthiers y, por tanto, no serán conscientes de lo total que puede ser uno de sus espectáculos.
Les Luthiers gustan de jugar en primer lugar con la música, y en este aspecto son impecables. Interpretada o no por sus instrumentos informales, un madrigal es un madrigal, un fox-trot es un fox-trot, pero su contenido o interpretación representarán una sorpresa, un gag o un descubrimiento. Las introducciones textuales, sin embargo, han ido creciendo hasta arropar con una dignidad y coherencia a la música, y en este aspecto, han conseguido hacer de cada pieza una pequeña obra teatral en sí misma.
Es notable el aprovechamiento de recursos que ejercen. Si bien siguen creando grandes obras músico-corales aptas sólo para la audición (como Cardoso en Gulevandia), tienen también obras puramente visuales (Kathy, la Reina del Saloon; o, hasta cierto punto, Lazy Daisy), que son gags de cine mudo adornados musicalmente. Hay piezas que se basan en el lenguaje (Escena en el Restaurante, de la ópera Felisa y Abelardo). Otras son una miniobra teatral en sí mismas, con una música muy incidental (El Camino de Warren Sánchez).
En cualquier caso, Les Luthiers han sabido aprovechar con sobriedad todos los elementos y realizar con ellos espectáculos totales. Los juegos de palabras son continuos, y cuando parece que han llegado al límite, surge una nueva vuelta de tuerca más hilarante todavía. La música constituye un elemento narrativo más, y la puesta en escena, ascética a más no poder, no es sino un guiño de complicidad para con el público.
No podrán darse cuenta de la grandeza y singularidad de Les Luthiers (debo recordarme que puede existir alguien en el mundo de habla hispana, etc.) hasta que hayan visto o escuchado aunque sólo sea una parte de su obra. Aquí tienen un gag casi puramente verbal: Así Hablaba Sali Baba (Verdades Hindudables)






¿Divertido? Bien, escuchen entonces este otro, buena muestra de hasta dónde puede llegar el genio de estos músicos/actores/autores/cómicos, en un crescendo cuya parte musical no es sino un adecuado corolario, El Negro Quiere Bailar (Pas de Merengue)






Impresionante. Y déjenme terminar con un homenaje paródico al género chico español: el fragmento de la zarzuela Las Majas del Bergantín (Zarzuela Náutica):




Si aparecen en las cercanías, acudan a sus espectáculos. La experiencia lo vale. Sólo hay un inconveniente. A la salida, querrán ustedes más.

Portada y sinopsis

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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es inevitable y hay que concordar: son geniales por los cinco costados.

El humor es parte del tejido social, de la vida cotidiana, del arte, y sin embargo, sigue siendo visto como algo menor. Es muy común que alguien se refiera a una obra que no lo impactó mayormente (una película, por ejemplo), como "divertida", como si eso fuera poco.

El humor es una de las formas de subvertir el lenguaje, y por tanto, realizar la crítica de la cultura, que se fundamenta en él. Claro, debemos enfatizar que el humor tipo Les Luthiers, no el de los cuenta chistes en un bar, que funciona a la inversa, como perpetuador de los valores convencionales.

Y bueno, debo decir que "Cardoso en Gulevandia" no sería solo auditiva, puesto que es una ópera y podría ser representada. Tal vez te referís a que aparece en un disco de estudio, y que no la han grabado sobre el eescenario.

Finalmente, en cuanto a sus obras, "Cartas de color" es quizá mi favorita. Y todo el disco "Cardoso en Gulevandia", de lo mejor que han hecho en los últimos tiempos.

Gracias por el post. Saludos.

mario skan dijo...

Ninguno de sus discos tiene baches, son parejos y excelentes instrumentistas. Tengo amigos que conocen su obra al dedillo yo solo los identifico por temas como la del querido tío Oblongo o un recorrido por la universidad de ....
Con sus 40 años de carrera, Les Luthiers sigue vigente y actual simplemente porque son geniales.
saludos Lluís

Lluís Salvador dijo...

Hola, Asterión:
Compartimos visión con respecto al humor. Por supuesto, cuando se realiza con los mismos instrumentos culturales (la palabra, la plástica...) el riesgo para las obras serias es tremendo, y de aquí los prejuicios. Pero ni tan siquiera las obras puramente humorísticas (las de humor "blanco", como las comedias de Harold Lloyd o las obras de Wodehouse) han merecido un adecuado reconocimiento. Y es un prejuicio extendido en todas las artes. No ha sido sino recientemente que los museos de bellas artes han empezado a tomar algo (no mucho) en serio las caricaturas.
Y sin embargo, cuando es inteligente, es el género más difícil.
Tienes también razón con respecto a Cardoso en Gulevandia. Podría representarse, y si no lo han hecho habrá sido porque no les ha dado la gana. Cambio el ejemplo, y me remito entonces a El Lago Encantado, un ballet cuya gracia justamente estriba en una retransmisión presuntamente radiofónica del mismo (es evidente, El Lago Encantado podría también representarse y realizar los comentarios superpuestos, pero eso tal vez sería tirar demasiado de la cuerda).
Y mis favoritas, ay, son tantas... Cartas de Color, por ejemplo, es única, pero también La Tanda, o Lazy Daisy, que es deliciosa. Sin olvidarnos de sus composiciones jazzístico-vocales (vocales en que sólo emplean una vocal, como en Miss Lilly Higgins Sings Shimmy in Mississippi's Spring).
De nada, y postdata un poco más abajo.

Hola, Mariano:
Ahí estamos: Cartas de Color y Visita a la Universidad de Wildstone. Yo también soy un auténtico enfermo de este grupo. Pero te advierto que el punto de conquista viene cuando los ves en directo. La frescura, lo espontáneo que parecen sus gags, y sin embargo, lo inteligentes, lo tremendamente inteligentes que son... En efecto, son geniales.

Y una propinilla: introducción hablada y desternillante, y obra musical perfecta de composición y ejecución, acompañada de un sketck puramente mímico (como no podía ser de otra manera): Kathy, la Reina del Saloon:
Kathy la Reina del Saloon

Un saludo a ambos!

Carmen dijo...

Hace muchos, pero muchos años ya que los oí por primera vez, a todo el público lo tenían muerto de risa.

Hay una canción que particularmente dedican a los boleros y serenatas mexicanas: Serenata mariachi. ¿La has oido? A mi hermana que se llama igual que la muchacha de la canción le encanta.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Carmen:
Una de mis favoritas ("He cruzado los estados de Chihuahua, Tamaulipas y Aguascalientes / Guanajuato, Durango y Zacatecas / Con amor y un clavel entre los dientes")
Serenata MariachiUn saludo para ti y para María Lucrecia!