Antología de la Poesía Macabra Española e Hispanoamericana, edición de Joaquín Palacios Albiñana

Ed. Valdemar, col. El Club Diógenes, serie Autores Españoles
Madrid, 2001 [s. XIX-XX]

¡Qué cachondos son los de Valdemar! A nadie más se le podía haber ocurrido editar semejante extravagancia. En serio, imagínense que ven a alguien en el metro leyendo este libro. Puedo casi ver cómo se va haciendo un círculo de separación a su alrededor. De todas maneras, el esfuerzo es encomiable, pero el propio antólogo Palacios debió darse cuenta con rapidez del jardín en el que se había metido.
Y es que, muchas veces en estos casos, se confunden los términos. Antología debería referirse a "lo mejor de", y en cambio por lo general se toma como compilación. Así, los resultados suelen ser desiguales, y en el caso del terror, no debemos olvidar que del horror al humor hay un paso muy corto, y que por el propio paso del tiempo y los cambios de valores, lo que en su época provocó la repulsión o el escalofrío, hoy no causa sino hilaridad. Por este motivo, la presente antología tiene resultados que van desde lo abismal hasta lo sublime.
La antología se inicia con Espronceda (aunque, por vergüenza tal vez, no con "La Desesperación". Ya saben: "Me gusta un cementerio / de muertos bien relleno...", etc.). Pasamos por el romanticismo, el dandismo, el tremendismo, lo gótico, el malditismo y el baudelairismo hasta llegar en ocasiones al ripio:

[...]
Y allá, en su triste habitación sombría
de un cirio fúnebre a la llama incierta,
sentó a su lado la osamenta fría,
y celebró sus bodas con la muerta. [...]

debidos en este caso a Carlos Borges (1875-?); o:

[...]
El infierno en sus antros se agite;
carcajadas arroje el dolor,
y una voz estentórea, que grite:
¡MALDICIÓN!...
¡MALDICIÓN!...
¡MALDICIÓN!...

de Antonio Plaza (1833-1883).

Pero tampoco hay que exagerar. Hemos hablado también de la presencia de lo sublime en esta antología, y en efecto hay poemas muy recomendables, y algunos maestros, sobre todo a partir de la aparición de las formas modernistas.
Por ejemplo, el mexicano Salvador Díaz Mirón (1853-1928):

EJEMPLO
En la rama el expuesto cadáver se pudría,
como un horrible fruto colgante junto al tallo,
rindiendo testimonio de inverosímil fallo
y con ritmo de péndulo oscilando en la vía.

La desnudez impúdica, la lengua que salía,
y alto mechón en forma de una cresta de gallo,
dábanle aspecto bufo, y al pie de mi caballo
un grupo de arrapiezos holgábase y reía.

Y el fúnebre despojo, con la cabeza gacha,
escandaloso y tímido en el verde patíbulo,
desparramaba hedores en brisa como racha

mecido con solemnes compases de turíbulo.
Y el sol iba en ascenso por un azul sin tacha,
y el campo era figura de una canción de Tíbulo.

O el "Satán" del argentino Leopoldo Díaz (1862-1947):
[...]
Su rostro por el rayo ennegrecido
de nuevo yergue el inmortal forzado,
y como Prometeo encadenado
crece el orgullo de Satán caído.

Es el primer rebelde, el primer grito,
la más altiva imprecación lanzada
ante la augusta faz del infinito.
[...]

O Luis Ram de Viu (1864-1907), español, esta vez sí, jocoso intencionadamente:

Debajo de esos panteones
de piedra dura y labrada,
las ánimas de los muertos
están haciendo gimnasia;
ya en verdad la necesitan,
porque si no se ensayaran
en levantar grandes pesos
y en remover grandes masas
cuando la triste trompeta
del Juicio Final sonara
¡ni Sansón sale del nicho
por no levantar la tapa!

El genial argentino Leopoldo Lugones (1874-1938):

LA LECHUZA
Evocando tristes cruces,
y cosas de sepultura,
prende ante la cueva oscura
su linterna de dos luces.
[...]

El olvidado (por desgracia) Emilio Carrere (1881-1947):

LOS OJOS DE LOS GATOS
¿Qué miran sus ojos verdes,
siempre en la sombra clavados?
¡Es que ven a los difuntos
las pupilas de los gatos!

Ojos brujos, que en la noche
brillan como fuegos fatuos,
verdes rodelas magnéticas,
gemas de fulgores raros,
como esmeraldas caídas
de la corona del diablo.
¿Qué ven en la oscuridad
sus ojos alucinados?
¡Ven la danza de los muertos
las pupilas de los gatos!
[...]

En fin, muchos más: Juan Ramón Jiménez, Valle-Inclán, los Machado, Amado Nervo, Evaristo Carriego, Oliverio Girondo, Nicolás Guillén, etc.
Esta es la grandeza de esta antología, que hay poetas y poemas buenísimos, y su miseria, la ordenación cronológica y la inclusión completista, que disimula los grandes versos entre poemas periclitados y a veces entre ripios infames. Pero el balance es positivo, y tengan aquí prueba y muestra de ello:

BORRADA
El día que me muera, la noticia
ha de seguir las prácticas usadas,
y de oficina en oficina al punto,
por los registros seré yo buscada.

Y allá muy lejos, en un pueblecito
que está durmiendo al sol de la montaña,
sobre mi nombre, en un registro viejo,
mano que ignoro trazará una raya.

de Alfonsina Storni (1892-1938).

Portada y sinopsis

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4 comentarios:

Carolina dijo...

Hola, Lluís Salvador, muy ocurrente la antología, pero ¿no hay macabras en esa selección?

Anónimo dijo...

Se oye divertido el asunto.

Imagino que cada vez la premisa de la publicidad permea con más fuerza el mercado editorial: un producto no es para todo el mundo, enotnces hay que hacer productos según los nichos: poesía macabra, erótica, gay, antigua, nueva, clásica, para el supermercado, para el dentista, para el elevador, de bolsillo, épica, elegíaca, humorística, de terror, satánica, cristiana, masónica...

Es cuestión de encontrarle la vuelta y ver con qué salimos. Así lo ha hecho la música y el cine hace rato.

Y como siempre, gracias por acercarnos un poco a estos textos.

Saludos.

Anónimo dijo...

Everything, by Charles Bukowsky

The dead do not need
aspirin or
sorrow,
I suppose.

but they might need
rain.
not shoes
but a place to
walk.

not cigarettes,
they tell us,
but a place to
burn.

or we're told:
space and a place to
fly
might be the
same.

the dead don't need
me.

nor do the
living.

but the dead might need
each
other.

in fact, the dead might need
everything we
need

and
we need so much
if we only knew
what it
was.

it is
probably
everything

and we will all
probably die
trying to get
it

or die

because we
don't get
it.

I hope
you will understand
when I am dead

I got
as much
as
possible.

No es española, pero a mi me parece deliciosamente macabra.

Bambi

Lluís Salvador dijo...

Hola, Carolina:
Pues, muy pocas... Aparte de ese poema que incluyo de Alfonsina Storni, Ana María Chouhy Aguirre (Oh, no, espera un poco, hermosa muerte, / quiero vivir, tu cabellera oscura) por Argentina; Gabriela Mistral (¿Ya las pobres muchachas muertas, / escamoteadas en abril,) por Chile; Rosalía de Castro (Hoy o mañana, ¿quién puede decir cuándo? / Pero quizá muy pronto) por España; Guadalupe Amor (La muerte me ha acompañado, / puesto que de ella nací) por México; Juana de Ibarborou (Hoy he pasado por un camino triste / Donde sólo cantan los sapos y los grillos) y María Eugenia Vaz Ferreira (Mar sin nombre y sin orillas, / soñé con un mar inmenso) por Uruguay.
Y ahí se acabó todo. Estoy seguro de que se podía ahondar en el tema y encontrar otras poetisas, pero...
Y hay que decir que suelen ser más macabras que sus contrapuestos masculinos, que lo que son es más tremendistas.
Como en todo, si alguien se anima a hacer una antología FEMENINA de poesía MACABRA... Pero tal vez estaríamos apilando los adjetivos de la especialización, ¿no? :)
Un saludo!

Hola, Asterión:
Tienes razón, y cada vez eso que se llama márketing busca con mayor ansiedad sus targets (los que se dedican a la mercadotecnia parece que sólo saben hablar con sustantivos y verbos ingleses; ríanse del espanglish) cada vez más concretos y específicos. Eso funciona en los USA, donde hay público para todo en cierta cantidad, pero en otros lugares da pie a unas bofetadas comerciales terribles.
Pero en fin, hasta encuentro cierta justificación en esta antología: por lo menos valor, se necesita. Otra cosa es que algunos poemas encajasen más en una antología de poesía jocosa que no en una antología, pero en fin...
Un saludo!

Hola, Bambi: ¡Por supuesto que es macabra! Y decididamente buena, para los estándares...
¡Gracias por aportarla aquí, y hasta pronto!
Un saludo!