Peter Grimes, de Benjamin Britten

(Peter Grimes)
[1943-1945]

¿Una ópera? ¿Qué errabundia me lleva a comentar una ópera aquí? Bueno, la dramaturgia ¿es o no un género literario? Y si lo es, como creo, una ópera no es más que una obra teatral a la que se ha puesto música. Pero si creen que, para mantener el espíritu literario de este blog, voy a comentar únicamente el texto, olvídense. No en vano considero a Benjamin Britten el más grande compositor de mediados del siglo XX.
Para poner las cosas en su sitio, Peter Grimes tiene libreto de Montagu Slater (tenía que haber sido Christopher Isherwood, pero estaba ocupado en otros asuntos), escrito en estrecha colaboración con el compositor, y está basado en el poema narrativo "The Borough", de George Crabbe.
Er... Es curioso, pero hoy día se considera obligatorio acudir a la ópera con el argumento sabido. Esto no sólo me parece un desprecio a la parte literaria del asunto, sino una especie de imposición de la parte musical y vocal sobre la interpretativa y textual. De modo que si mis lectores prefieren escuchar esta obra sin conocer su desarrollo, sáltense este párrafo que están leyendo. El argumento es: Peter Grimes, pescador, es investigado al respecto de la muerte de su aprendiz. Pese a ser exonerado, Grimes declara que ante la ley puede ser inocente, pero que a los ojos de sus convecinos ya ha sido culpabilizado. Despreciado y aparte de todo el pueblo, sus habitantes empiezan a mostrarse abiertamente hostiles cuando a Grimes le es asignado otro aprendiz. Esta agresividad llega a su clímax cuando una turba enfurecida avanza hacia la cabaña de Grimes, el cual, para evitarla, sale por la puerta que da al acantilado. El aprendiz resbala por ese camino y se despeña. Sabedor de que el pueblo ni comprenderá ni perdonará, Grimes decide esconderse. El pueblo cree que Grimes y su aprendiz están pescando, pero cuando las olas arrastran a la costa el jersey del aprendiz, la suerte de Grimes está ya echada. Buscado por la justicia, es encontrado, medio loco, hambriento y exhausto, por Ellen (la única persona que, por amor y caridad, ha intentado comprender a Grimes y su verdad) y por Balstrode. Éste último da a Grimes una solución a sus problemas: que tome su bote, se aventure en el mar y se hunda con él. Así lo hace Peter Grimes. Conforme se pierde entre la niebal las llamadas de Ellen se ven ahogadas por los gritos de la multitud del pueblo. El alcalde y un pescador divisan en la lejanía un bote en dificultades, pero al estar demasiado lejos, se limitan a contemplar cómo se hunde.
Un pueblo no muy alejado de la realidad, donde la envidia, el odio a la diferencia y la maledicencia dominan la vida diaria. Donde sus habitantes tienen que conformarse a los usos y las actitudes del resto o... morir. Si el tratamiento literario es impresionante, la música, que no acompaña, sino que es parte indivisible de la historia, proporciona toda la serie de matices que la obra requiere; desde lo desgarrado a lo sublime, desde lo opresivo a la voz de la rebeldía. Hay pocos motivos alegres en la obra y, como no podía ser de otra manera, se refieren a los elementos que no forman parte de esa sociedad corrompida, deleznable e infernal que es obra de las porciones de maliciade cada cual que se suman en la masa cruel y degenerada.
Existen, que yo conozca, dos versiones grabadas (en CD; es posible encontrar representaciones filmadas en DVD, pero no me constan): una, de DECCA, con Peter Pears en el papel de Grimes. La otra, de Philips, protagonizada por Jon Vickers. POr diversas razones me inclino por la primera. Pero la potencia de Britten y Slater son tales que, si están bien cantadas e interpretadas, todos los Peter Grimes que en el mundo se hacen constituyen momentos en los que se puede sentir la grandeza.

Pero les voy a dejar con una degustación, aunque mínima, de esta obra. Uno de los interludios marinos de la ópera, Sunday Morning, de Peter Grimes.

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Adelante, Lluís, yo te apoyo en tu empresa de comentar ópera.

En ese género, considero que no es ncesario saber el argumento, igual que con cualquier canción en un idioma que no conocés. Lo importante, antes que el texto linguístico, será el musical.

Eso me recuerda también la ópera de Johan Sebastina Mastropiero, “Cardoso en Gulevandia”, escrita en gulevache, y que requiere de traducción, porque no es como las óperas en italiano, ruso o alemán, que son entendidas por todo el mundo.

Saludos.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Asterión:
Gracias por el apoyo. No me prodigaré mucho en ello, pero alguna obra musical caerá, eso seguro. Y conozco el Cardoso, y tentado estuve de poner la cita... Pero, siempre hay que dejar puertas abiertas a los lectores. Allá por semana santa haré una reseña sobre los mejores intérpretes de ese compositor genial e incomprendido que es Mastropiero :)
Curiosamente, días después de escribir la reseña, un programa radiofónico de aquí hizo un especial sobre Britten y el cine, con la música que había escrito para documentales. Fue muy curioso, por lo desconocido (uno de los socumentales era sobre cómo se crea un sello de correos), pero también me reafirmó en que era un compositor magistral.
Un saludo!

La frontera entre China y París dijo...

Peter Grimes es una obra genial. Britten sabe llevar a nuestros ojos de una forma magistral la figura del "outsider", reflejo de su propia homosexualidad. Si te gusta, te recomiendo un libro que se titula February House, en el que cuenta como Auden, Britten, Carson McCullers y muchos otros vivían juntos en Brooklyn en 1939. Ahí creo Britten su primera ópera Paul Bunyan,saludos

Lluís Salvador dijo...

Hola, La Frontera:
No está mal vista esta interpretación que haces, y no había caído en ella. Aunque, musicalmente, Britten también es muy interesante por el tenebrismo que se hace notas musicales, como en The Turn of the Screw, otra historia de amores prohibidos y de retribuciones inexorables.
Gracias por la recomendación. Me parece muy interesante. De hecho, uno de los motivos de los que hablaba por los que me gusta más la versión de Decca es porque está cantada por Peter Pears, amante de Britten, y que colaboró también intensamente en la creación de esta ópera. Por descontado, le confiere una autenticidad y naturalidad pasmosas.
No lo he dicho hasta ahora, pero bienvenido, esta es tu casa para lo que quieras, y opina y comenta a tu placer.
Un saludo!