La Rebelión de los Ángeles, de Anatole France

(La Révolte des Anges)
Valdemar, col. El Club Diógenes
Madrid, 19952 [1914]

El corrosivo e innovador Anatole France, premio Nobel de Literatura 1921, compuso, junto a La Isla de los Pingüinos, de la que hablaremos otro día, un dúo de obras que examinaron y satirizaron la teología cristiana en particular y la creencia y subordinación a Dios en general.
El caso es que esta Rebelión de los Ángeles puso los pelos tan de punta a más de uno que de inmediato fue incluida en esa utilísima bibliografía para los ateos, herejes y heterodoxos que fue el Índice de Libros Prohibidos de la Iglesia Católica. No sin razones.
El argumento base es sencillo: En el seno de una familia bienestante parisina, poseedora de la mejor biblioteca privada sobre teología que existe (unos 360.000 volúmenes), empiezan a descolocarse libros, a desaparecer, a encontrarlos abiertos y consultados e, incluso, a verlos volar y ser utilizados como arma de agresión contra el desesperado bibliotecario curador. La explicación de este extraño comportamiento libresco es que Arcadio/Abdiel, ángel custodio de Mauricio Esparvieu, el hijo un tanto calavera de esta familia, ha decidido ilustrarse. El resultado de sus afanes es convencerse de que Dios existe, cierto (al fin y al cabo, emana de Él y lo ha visto), pero que ni es creador ni único, y que tiene «menos de dios que de demiurgo ignorante y vano». Y que, en correspondencia a estos pensamientos, abandona su labor angelical y su sustancia, adopta forma humana y piensa dedicarse a fomentar la rebelión de sus congéneres con vistas al asalto final de la fortaleza celestial.
Semejante fárrago teológico no hubiera pasado de panfleto anticlerical de no ser porque su tratamiento es el del humor. Les he repetido muchas veces que los hombros de la ironía y la sátira son capaces de llevar grandes pesos. Esta novela lo demuestra al ser capaz de transportar toda una historia de subversión, del papel de la religión frente al conocimiento y de la historia de las religiones, todo en uno, y hacerlo con una agilidad sorprendente.
La Rebelión de los Ángeles es un libro muy divertido, que funciona a todos sus niveles: teológico, humorístico, fantástico, satírico-social, artístico y humano (y divino). Alejado su autor de un naturalismo que pronto se convirtió en zafio y ñoño, France se adelantó años con su estilo y temática, de manera que su narrativa podría ser firmada perfectamente por generaciones posteriores.
Llena de detalles, de imágenes y de historias, La Rebelión de los Ángeles es una de las obras maestras de la narrativa fantástica, de la narrativa humorística y de la general, en tanto que lo que propone no es ninguna tontería, sino algo sobre lo que reflexionar. Aunque sea con una sonrisa en los labios.

Portada y sinopsis

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4 comentarios:

Gustavo Solórzano-Alfaro dijo...

Conozco "La isla de los pingüinos", pero este no. Cuando vi el título, me vine corriendo, pensando que tenía algo que ver con la pintura de Rubens. Pero no. Donde esta novela es irónica, aquella pintura es épica, con todo el peso de una fe que se exalta y decae. Claro, como bein decís, la ironía también puede llevar grandes pesos, y el argumento de esta historia definitivamente me atrapa.

Saludos

Lluís Salvador dijo...

Hola, Asterión:
Y sin embargo...
Algo puede haber influenciado la pintura en este texto como para que exista un capítulo entero destinado a unas discusiones entre un pintor y un sacerdote sobre las representaciones pictóricas de los ángeles. No tengo aquí el texto, si no te lo extractaría.
Y también existe épica, porque en efecto hay un asalto al Cielo. Pero decir más sería desvelar casi el final. Y ten también en cuenta que el texto es fundamentalmente irónico (de lo contrario, repito, sería casi insoportable) pero France no renuncia a ningún razonamiento.

En francés puedes hallar esta novela aquí:
http://www.archive.org/details/larvoltedesange00frangoog

Y en inglés aquí:
http://www.archive.org/details/revoltangels00frangoog

Por una vez, descargas totalmente legales...
Un saludo!

Luis Sanz Irles dijo...

Me alegra ver que A. France no ha caído por completo en el olvido. Hace tiempo que no lo leo pero lo fecuenté mucho en otro tiempo, y volveré a hacerlo.
Cierto, su literatura "ya no se lleva", y no es fácil que tenga eco en el marco estético dominante hoy, pero leerlo es un placer (casi siempre).
Me hace evocar la imagen del escritor burgués en un escritorio con quinqué, con pantuflas y batín largo (Henry James decía que lo del batín hay que asociarlo siempre con los novelistas franceses), y haciendo que lo difícil -escribir- parezca fácil.
Os recomiendo vivamente la lecura de su "Thais la cortesana": impagable.

Sanz Irles (Luis)
Escritor

Lluís Salvador dijo...

Hola, Luis:
Bienvenido a este blog.
Lo que comentas de France es totalmente cierto; ha caído en un olvido injusto, pero no creo que sus obras más iconoclastas (La Rebelión de los Ángeles y a Isla de los Pingüinos) estén muy alejadas de la imaginería de esta "cultura líquida" predominante. Si acaso el estilo, pero, con franqueza, mucho tienen que aprender los escritores de hoy día de Anatole France.
Y... desconozco si France escribía ataviado como dices, pero sí consta una vida amorosa bastante turbulenta y un frecuentar salones literarios (donde muchas veces, de lo que menos se debía hablar era de literatura), de manera que no lo encuentro tan alejado de la bohemis. Aunque esto es tan sólo una impresión mía, por supuesto.
Gracias por el comentario, y recibe un saludo muy cordial.