El Misterio de la Carretera de Sintra, de José María Eça de Queirós y José Duarte Ramalho Ortigâo

(O Misterio da Estrada de Sintra)
El Acantilado
Barcelona, 1999 [1870]
Trad. y prólogo de Carmen Martín Gaite.

Déjenme antes de entrar en la novela en sí, referirles las circunstancias de su publicación. La historia lo vale.
El 23 de julio de 1870, el Diario de Noticias de Lisboa insertaba una nota de última hora que decía: «A punto de cerrar nuestra edición, hemos recibido un escrito singular. Se trata de una carta sin firma enviada por correo a nuestra redacción. En ella se inicia una narración estupenda acerca de un horrible y misterioso suceso. El interés que despierta y su calidad literaria nos determinan a transcribir íntegro tan interesante documento, cosa que haremos mañana domingo.»
Así se hizo, y en días sucesivos de fueron publicando las cartas que seguían llegando describiendo los pormenores del misterio. El éxito fue sensacional. El día 27 el público ya estaba expectante y se multiplicaban no sólo las consultas, sino los testimonios espontáneos y los rumores de toda clase, hasta que el 27 de septiembre de 1870 los autores salieron gustosamente del anonimato y declararon ser los artífices de esa broma.
Establecida con éxito fenomenal esa travesura (auténtica Guerra de los Mundos de Orson Welles impresa y avant la lettre), la colaboración de Eça y Ramalho fue frenética para proporcionar a los lectores la carta diaria que prolongaba y aportaba datos al misterio. Uno puede imaginárselos, disfrutando como colegiales, haciendo poco menos lo que les daba la gana con la intriga, pero sabedores que no podían tener un desliz que defraudara a los lectores.
Intriga, sí, puesto que la narración se inicia con el relato de un tal Doctor X, que cuenta su secuestro en la carretera de Sintra y cómo fueron llevados él y su amigo F. a una casa en la que se encontraron el cadáver de un asesinado, custodiado por tres misteriosos enmascarados cuya misión es la de esclarecer el suceso y proteger el buen nombre de una mujer.
El sistema de redacción y publicación forzaba al texto a convertirse en un folletín, pero (y producto sin duda de esa diversión traviesa de los autores) Eça y Ramalho aprovecharon para poner en solfa el género mismo y otras perspectivas literarias. Es evidente que el frenesí de la redacción de los sucesivos capítulos no podía sino deparar momentos desiguales. Y sin embargo, hay episodios, y muchos, de extrema brillantez, tanto argumental como literaria. También, por la propia diversión, la novela disfruta de un adecuado sentido del humor, que se va acentuando conforme se acerca el final, como cuando critican la figura (ya poco romántica) del don Juan novelesco en contraposición a su imagen real:
«Ya que tiene una aventura, no va a ocultar la satisfacción que ello le ha producido, los aires misteriosos que adopta provocan preguntas que me comprometen: luego me empieza a abandonar para ir a encierros de toros en compañía de gentes de baja estofa, a dejar mis cartas encima de la mesa de un café al lado de la botella de coñac, a alardear frente a sus amigos de que no me quiere, de que soy para él un simple pasatiempo, y caso de que a mi marido se le ocurriese cruzarle la cara de un bofetón en pleno Chiado, como es un cobarde, todo lo más que haría sería ir a quejarse al Tribunal de la Boa-Hora.
»Y ahí tenéis al don Juan.
»No, de verdad, no hay derecho. Hay que acabar con ese tipo indigno que se ha dado en llamar "el conquistador", pulverizarlo, ponerlo en solfa y en evidencia a base de críticas, de caricaturas, a base de látigo y policía, si es preciso. No tiene grandeza ni atractivo algunos como tal conquistador, y como hombre carece de modales, de elegancia, de ingenio, de dignidad y hasta de ortografía.»
Hay que disculpar los altibajos producto del sistema de redacción. Les aseguro que Dumas, Balzac y Hugo también los tenían. Pero los momentos de brillantez compensan de sobras cualesquiera errores que dos traviesos autores, que además supieron despertar de una patada la amodorrada novelística portuguesa, pudieron cometer. Hoy falta valentía y talento para que una historia como El Misterio de la Carretera de Sintra surja en las páginas de periódicos y revistas.

Portada y Sinopsis

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9 comentarios:

Anónimo dijo...

De Queirós he leído "El mandarín", una magnífica pieza de arte, una nouvelle genial. Con tu reseña, como debe ser, me entra el deseo por leer este texto.

Tal vez sea aventurado, pero el sistema decimonónico de la novela por entregas, lo tenemos hoy en cierta parte de la indsutria editorial (Harry Potter) y la maquinaria hollywoodense (otra vez Potter), con las secuelas por las cuales el público se prepara durtante uno, dos o tres años, según sea el caso.

Saludos.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Asterión:
He leído también una curiosidad de Queirós que reseñaré dentro de muy poco. Ya la verás.
De hecho, no conocía apenas las obras de Queirós, y sumergirme en esta novela ha sido como un descubrimiento...
Tienes toda la razón: Harry Potter no es sino una monumental novela por entregas, para no hablar de las secuelas II, III etc. del cine (coincidió cuando los magnates de Hollywood decidieron que el público era idiota y no sabría que se trataba de una segunda parte si no ponían el II detrás).
Pero también opino que el folletín no murió jamás, sino que se reencarnó en las series y culebrones televisivos.
Y respecto al folletín folletín, hace unos doce años Stephen King se decidió a publicar una novela por entregas, no recuerdo si semanales, quincenales o mensuales. La novela, también si no recuerdo mal, era La Milla Verde. Recuerdo que el sistema funcionaba (no comercialmente, ya que desconcertó al público) pero sí en cuestión de argumento. Pero requiere una planificación y, sobre todo, volver a un tipo de narración que creo ya no son actuales. Es más acertado hacer lo que realiza la Rowling (acompañado del marketing correspondiente, claro). Acertado me refiero a comercialmente. Literariamente, me reservo la opinión para cuando haya leído algún Harry Potter.
Un saludo!

Anónimo dijo...

Si vas a leer Harry Potter hazlo en inglés. Las primeras traducciones al castellano convirtieron un sapo en una tortuga. Eso si que es magia.


Bambi

Lluís Salvador dijo...

Hola, Bambi:
¡Ja, ja! Muy buena magia, el de la tortuga y el sapo... Bueno, por lo general, y siempre que me es posible, recurro a la versión original. Esta cuestión de las traducciones me recuerda una pifia similar, o peor, cuando un traductor convirtió un par de calcetines sobre la cama en un par de... zoquetes sobre la cama. Y prosiguió impertérrito.
Bienvenida/o, y un saludo!

AUTOR DE LA PIEDRA HABBAASSI dijo...

Si te gustan las novelas de misterio te recomiendo la obra que podrás adquirir a través de Amazon titulada LA PIEDRA HABBAASSI, cuyo resumen es "Un descubrimiento casual sobre una cultura ancestral en Perú, los “Paracas”, es el origen de un interesante relato de viajes que conducirá al protagonista por tres continentes, a lugares llenos de encanto donde tendrá que hacer frente a las dificultades que irán surgiendo, a la vez sigue un camino de descubrimiento personal con numerosas experiencias que le conducirán a un crecimiento interior más allá de su imaginación. Una novela que mezcla a partes iguales información sobre los últimos descubrimientos científicos en neuroanatomía y psicología, con la tradición milenaria de pueblos desaparecidos."

Magda RB dijo...

Este misterio y su investigación me ha recordado una peli que vi de Depardie en la que un comisario le acosa a preguntas sobre un cadáver encontrado... el final es sorpresivo ya que el cadáver es él mismo. La recomiendo mucho aunque por desgracia no recuerdo el título.

Por otra parte yo tuve la suerte de leer Harry Potter cuando por aquí todavía no era conocido ni se había hecho ninguna película y recomiendo mucho el primer libro. Para mi es muy Dickens, un huérfano que reencuentra todo un mundo al que pertenece en realidad.

Gracias por la reseña Lluis!Q

Lluís Salvador dijo...

Hola, Autor...:
Como siempre digo, que haya suerte.

Hola, Magda:
Je, je... y es que los del Sexto Sentido no inventaron nada... Está prevista una entrada sobre, probablemente, uno de los libros que iniciaron estos argumentos del más allá: El Tercer Policía, de Flann O'Brien.
Un saludo!

Anónimo dijo...

Creo que de las colaboraciones entre escritores salen obras muy interesantes, como los Buenos presagios de Pratchett y Gaiman que veo ya has comentado. Se nota que todo suma, se equilibran y además se divierten. Tanto en internet como en el ámbito empresarial el trabajo en equipo o la suma de conocimientos es algo que está muy en voga "uno solo nunca podrá saber más que muchos".

Y sin embargo, no es demasiado habitual en la escritura.
¿Será por cuestiones económicas o editoriales que no tienen que ver con el proceso creativo?

A los hermanos Grimm les fue bien ¿No?

Lluís Salvador dijo...

Hola, Belladona:
Bueno, a los Grimm les debió de ir bien porque eran hermanos bien avenidos, y porque en el fondo compilaban leyendas populares (en teoría) tal y como las oían. No se planteaban temas tales como "no, no, escucha, insisto en que meter siete enanitos masculinos con Blancanieves puede ser un éxito de ventas. Imagina la componente freudiana que esto nos va a dar" "Pues, Jacob, yo te digo que como nos toque un editor quisquilloso, este cuento no lo publicamos en la vida".
Realmente las colaboraciones son raras, y muchos autores acaban escaldados de ellas. La realidad es que consumen mucho tiempo (sí, incluso en esta época electrónica) y que para hacer una novela se tarda lo que para hacer dos (o tres). Únicamente cuando se alcanza una simbiosis necesaria, es decir que la pareja se convence en que junta suma mucho más que cada uno en solitario, las cosas funcionan (o se aguantan). Pocas parejas literarias persisten al cabo del tiempo. Y la de Ramalho con Eça no fue una excepción.
Un saludo!