Il Tailleur Grigio, de Andrea Camilleri

Arnoldo Mondadori Editore, col. Scrittori Italiani e Stranieri
Milán, 2008 [2008]
Il Tailleur Grigio (El Traje Chaqueta Gris) arranca en el primer día de la jubilación del protagonista, un alto empleado de banca. En ese día repasa y quema las tres cartas anónimas que ha recibido durante su carrera: una amenaza de la mafia, un intento de coaccionarle en un caso de corrupción y un anónimo que le avisa de la infidelidad de su segunda esposa, Adele. (Es decir, los tres temas recurrentes de la sociedad siciliana: mafia, corrupción y cuernos.)
Adele, treinta años menor que el protagonista, es el centro de esta novela, por más que sólo la veamos a través de los ojos y los recuerdos de su marido.
A través de esas percepciones asistimos a la historia de una putrefacción, un cáncer que se va extendiendo poco a poco, como el cáncer que acometerá al marido, y que si estaba latente o enquistado con anterioridad, empieza a desarrollarse conforme la mirada del protagonista se centra en su esposa.
Este traje chaqueta gris es un símbolo, una prenda que Adele sólo se pone cuando un hecho luctuoso va a tener lugar o se ha producido. La solapa del libro intenta convencernos de que Adele es una de estas dark ladies (sic), una femme fatale. Creo que es sacar las cosas de madre. Adele tiene su personalidad, desde luego, pero esta no pasa por ser la de una viuda negra.
También la solapa enuncia con marcada solemnidad que esta es la más femenina (y la más francesa) de las novelas de Camilleri. Tonterías. El hombre que ha redactado este texto (porque tiene que ser un hombre, y además uno aquejado de machismo) o no ha leído la novela o miente con descaro. Porque si una conclusión se puede extraer de la novela, es que es imposible par un hombre conocer la personalidad de una mujer (o por lo menos, la de Adele). Tanto más, si los esfuerzos de comprensión son tardíos, cuando antes eran casi inexistentes. El protagonista de esta novela dijo amén siempre, y jamás intentó comprender lo que sucedía, hablar con su esposa, entenderla. Y cuando lo intenta, ese esfuerzo está destinado al fracaso por esa misma actitud, que sólo puede llevar a la destrucción.
Las mujeres de Camilleri siempre han sido un enigma para mí. Han estado presentes (aunque en muchas de sus novelas tienen papeles secundarios o inexistentes), pero Camilleri siempre ha dado la impresión de mantenerse al margen, de ser consciente de su incomprensión. En este aspecto, esta novela es atípica en su producción, y transmite un mensaje en parte muy frío: es inevitable sentir lástima por el marido, que en el fondo es un desgraciado infeliz, pero yo, por mi parte, no puedo decantarme por la antipatía por Adele, si leo su carácter tal y como lo esboza Camilleri.
No sé si Andrea Camilleri comprende a las mujeres. Pero lo que nos dice es que es necesario intentar entenderlas. Algo que el marido de Adele no hizo sino tarde y mal. Así le fue, agonizante ante alguien a quien acabó odiando y que vestía un traje chaqueta gris.

Portada y sinopsis

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2 comentarios:

Magda dijo...

Hola Lluis,

Es curioso lo del traje gris, si lo comentas debe ser que el autor la describe con otros trajes o bien en las otras ocasiones no comenta el vestuario.

De hecho una imagen que al hablar de Sicilia siempre viene a la mente la imagen de las mujeres vestidas de negro, si mayores porque es el color apropiado, si jóvenes... pues lo mismo.


Un saludo!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Administrador:
Gracias, lo tendré en cuenta.

Hola, Magda:
No, claro que comenta el vestuario, pero el traje gris se convierte en una especie de símbolo, una especie de seña de que algo luctuoso está a punto de suceder.
Y eso de la imagen de Sicilia... y claro, la de España es la del Guardia Civil con tricornio y la maja con faralaes y navaja en la liga.
No sé cómo estará la Sicilia rural, pero la urbana ha avanzado, de grado o por fuerza, un poco en la indumentaria...
Un saludo!