Jazz Porque Sí: Django Reinhardt Mayo 1942

Seguimos con el genial guitarrista gitano y su discografía, que esta vez nos lleva, en plena guerra mundial, a Bélgica, con la muy buena big band de Stan Brenders. O más bien gran orquesta, ya que incluye una sección de cuerda.
Verán, cuando escucho que un músico de jazz está acompañado de violines (orquestados, claro; Grappelli y sus colegas son otra cosa) me echo a temblar. Muchos han tenido esa tentación, y muy pocos han logrado que el resultado fuera satisfactorio. Por suerte, Brenders, que debió ser músico notable, opta por la discreción en el acompañamiento. Y así, tendremos un Nuages antológico, una de las mejores interpretaciones de Django de este tema inmortal; escucharemos después Djangologie, con un buen arreglo destinado a acompañar a Django que, como siempre, está pletórico; Ya sin violines, sino con una banda más típicamente swing, tendremos Éclats de Cuivre; Django Rag, que recuerda, como dice el Cifu, al Tiger Rag, y donde Django hace diabluras con la guitarra; Dynamisme; Tons d'Ébène, donde se demuestra que Reinhardt era capaz de imprimir su sello personal a cualquier composición; y Chez Moi à Six Heures. Una buena sesión con una muy buena banda y en la que Django estuvo a sus anchas como protagonista bien acompañado.
Ya en 1943, Django volverá a grabar con su reformado Quinteto del Hot Club de Francia, aumentado con un segundo clarinetista. La composición del grupo era Gérard Lévéque y André Lluis a los clarinetes, Eugène Vees a la guitarra rítmica, Jean Storne al contrabajo y Gaston Leonard a la batería. Escucharemos Douce Ambiance, de nuevo una demostración de la guitarra de Django; y atentos a esta versión de Manoir de Mes Rêves, una de las mejores de las que Reinhardt grabó: su guitarra está en la cima de lirismo e imaginación; Oui, un tema bien rítmico; y Cavalerie, con un cierto aire entre oriental y flamenco, muy original. Luego, ya sin Lluis tendremos un Fleur d'Ennui, con un trasfondo caribeño, que remite a la imagen de la pereza y el aburrimiento, pero eso sí, rodeado de las flores de las islas. En todos estos temas el Quintet está muy sobrio, acompañando y exponiendo sin más, y es Django el que tiene el mando y realiza las intervenciones y solos que quiere. Con todo el respeto para esos músicos, casi mejor. Porque Reinhardt está en un forma espléndida, y su guitarra siempre te deja queriendo más.
Atentos a las explicaciones de Cifu, como siempre, y que disfruten.


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