Al Hombre en el Camino, de Jack London

Jack London, el escritor que mejor supo interpretar la vida en el terreno salvaje, vendió este relato por cinco dólares a una revista, y lo escaso de la paga casi le hizo abandonar cualquier ambición literaria. Hubiera sido una lástima, y más teniendo en cuenta que el cuento es como una especie de declaración de intenciones sobre la relación del hombre con la naturaleza y en ella: un lugar donde hay leyes propias, ni mejores ni peores.
Hay que leer este relato para apreciar sus matices, sus pequeños toques realistas sobre la vida en un terreno todavía no civilizado (o no civilizado a la manera del hombre blanco, se podría añadir). En esencia, su argumento es que a un campamento de aventureros en Canadá, en Navidad nada menos, llega un minero con su trineo de perros, apresurado y en apariencia en persecución de unos ladrones. Según dice, va recortando ventaja, pero pretende seguir haciéndolo. Los presentes en el refugio, aleccionados por Malemute Kid, que habla del hombre con respeto y hasta admiración, le acogen y le ayudan, y al día siguiente parte de nuevo en su cacería. Poco después aparece un oficil de la Policía Montada, explicando que persigue al hombre por haber robado en un casino.
Entonces se produce una escena que es el intríngulis de todo el relato, y es que Malemute Kid se niega a ayudar al policía, y fuerza a los demás a que tampoco lo hagan. Cuando éstos le echan en cara su comportamiento, que haya auxiliado a un criminal y les haya convertido en cómplices, malemute les explicará la auténtica historia del hombre perseguido.
Ahí hay una auténtica declaración. El mundo ordenado no tiene poder en el mundo salvaje, y no siempre lo que es legal es justo. Y, además, si Malemute puede negarse a auxiliar al policía es precisamente porque se encuentra en un lugar donde las leyes ya no tienen la fuerza que en la civilización, donde la ley natural es más potente y certera que las leyes de los hombres.
Eso en un primer relato. No era un mal principio para un escritor que desde siempre defendió la libertad individual frente a todo, y que siempre entendió y nos hizo entender que una persona traza su propio camino y tiene derecho a eso, siempre que lo haga con honestidad. Una honestidad que muchas veces entra en conflicto con el orden.

(To the Man on the Trail)
Akal ed., col. Bolsillo
Madrid, 1981 [1898]

Texto en inglés de To the Man on the Trail


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