Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, de Jorge Luis Borges

Los continuadores, discípulos, émulos, etc., rara vez consiguen superar a los maestros. Salvo que el émulo se llame Jorge Luis Borges, claro. ¿Quién si no hubiera podido escribir un relato lovecraftiano sin parecerse a Lovecraft y dotado de entidad propia?
Porque Tlön, Uqbar, Orbis Tertius es un cuento lovecraftiano, aunque no de los Mitos de Cthulhu. Esta afirmación puede que escandalice a algunos. Pero no hay que olvidar que Borges tenía en alta consideración a Lovecraft. Tal vez no en su literalidad, pero sí en algunos conceptos creados o perfeccionados por el genio de Providence, y que se hallan en este Tlön: La existencia de libros prohibidos o improbables, que a veces son imposibles en sí mismos y otras son pervasivos de una realidad ignota y paralela; la existencia de esta misma realidad y la posibilidad de que invada o superponga la nuestra; la misma cosmicidad que implica este último concepto. Y la inclusión como personajes de otros escritores reales, el círculo de Lovecraft en un caso, Bioy, Amorim, Martínez Estrada y otros en el caso de Borges.
Pero, duerman tranquilos los escandalizados, Borges fue el más metafísico de los escritores de ficción y, aunque supo intuir todo lo que conllevaba la ficción lovecraftiana, también percibió que era un punto de partida apto para recibir sucesivas vueltas de tuerca que abandonaran lo truculento y se adentraran en lo metafísico cósmico (si es que lo cósmico no es truculento, pero esa es otra cuestión).
Así, de inicio, nos encontramos con el libro existente, sí, pero secreto. Un volumen de una enciclopedia perfectamente normal que en su normalidad termina con el artículo sobre Upsala pero, en el ejemplar poseído por Bioy Casares (¿un ejemplar único en este mundo, quizá?) prosigue con la entrada "Uqbar", una tierra inexistente pero fascinante. Entonces viene el descubrimiento de esta tierra que no existe pero está registrada en todos sus aspectos, posible creación colectiva de ficción o (inquietante hipótesis) creación destinada a adquirir tal carta de naturaleza como para convertirse en existente.
Borges entonces entra en la desmesura, cuando no en la humorada metafísica, como él mismo reconoce con ironía: «sin otra escisión que algunas metáforas y que una especie de resumen burlón que ahora resulta frívolo». Es cuando Borges juega y pone a prueba nuestro espíritu lúdico con grandes temas, como cuando relata la paradoja de las nueve monedas, perdidas y encontradas, y la incongruencia de discutir si las nueve son las mismas o distintas, de si la igualdad es identidad. Claro que las nueve son las mismas, se encuentren cuando se encuentren, y claro que son distintas si son halladas en otro lugar distinto del de la pérdida, pero lo que deja a nuestro arbitrio es descubrir el chiste: en realidad, lo que los sabios de Uqbar discuten es si las monedas del relato son las mismas, no unas hipotéticas monedas reales. No se preocupen: en universidades y concilios medievales y renacentistas se discutieron cosas más sofísticas que esta.
Y va apilando cosmos sobre cosmos, irrealidad sobre realidad, hasta que (como encontraría Stanislaw Lem, inspirado sin duda por Borges), el mapa coincida o se superponga con el territorio y entonces eso que llamamos Tlön, o Uqbar, u Orbis Tertius, pase, no a suplantar la realidad, sino a ser la realidad.
hay muchos niveles de lectura en este relato. Se puede leer como una fantasía desbocada pero racional (una rara avis en el género); como un relato humorístico, cuyo humor se basa en la ontología, en la Historia, la Filosofía; como una disquisición sobre el conocimiento y su hallazgo y creación. Como (algo que Borges no había previsto) un relato de realidad cuántica.
En cualquier caso, fue Borges, un escritor que ya físicamente parecía que su mirada estuviera eternamente fijada en el espacio interior, que sus hombros soportaran el peso del cosmos, cuyo hablar se asemejara al del profeta de otras realidades, fue Borges, decía, quien pudo ser capaz de escribir este relato. Y tal vez nadie más pudiera.

En Ficciones
Alianza Ed., col. El Libro de Bolsillo
Madrid, 19719 [1956]

Texto de Tlön, Uqbar, Orbis Tertius

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