Nacional II, de Jaume Perich

La prematura muerte de jaume Perich nos privó de un humorista sagaz, inteligente, satírico y lúcido. Se le echa en falta, sobre todo porque siempre fue un hombre comprometido, crítico con todo, pero sobre todo capaz de distinguir ls trampas que desde el poder, invariablemente, apuntan contra el ciudadano, relegándolo al conformismo.
Su obra no ha dejado de estar presente en algunos medio, pero estas recopilaciones que realizó en vida (Autopista, esta Nacional II, Perich-Match...) habían sido descatalogadas, aunque hoy parecen tener una mínima recuperación; sin duda este olvido se debía a la falsa impresión de que eran textos y dibujos coyunturales, producto del pasado. nada más lejos de la realidad. ¿Quieren saber cuál es la sentencia que abre este libro?
Se refiere a lo que entonces era el "Mercado Común", hoy conocido como "Unión Europea", y dice así: «A juzgar por las estadísticas, Grecia, Portugal y España podrían formar los "Encantes Comunes".» No se trata de que la historia se repita, sino de que hemos realizado un viaje de ida y vuelta, regreso a cuarenta años atrás después de unas vacaciones en la europeidad y el estado del bienestar. Pero la frase está ahí, tan veraz e incisiva hoy como lo fue en su día.
En este segundo libro, seguidor de Autopista, Perich sigue usando el modelo que satirizaba, el de Camino de José María Escrivá de Balaguer. En él encontramos sentencias ciertamente coyunturales: «En España sólo hay dos partidos autorizados: los de fútbol y los judiciales.» Puramente humorísticos: «Leí no sé dónde que la policía francesa se basaba siempre en sus investigaciones en la conocida frase: "Cherchez la femme". Los resultados obtenidos con este sistema parece que son los mismos que con otro, pero la policía francesa es la que se lo pasa mejor del mundo.» Irreverentes: «A Cervantes se le llama también "el manco de Lepanto". En su época se le llamaba "el manco 1.235 de Lepanto".» Y algunas que no desmerecerían al mejor Ambrose Bierce: «No ofende quien quiere, sino quien puede. Pero no hay que preocuparse: querer es poder.»
Todo ello proporciona una variedad de sentimientos: el de testimonio histórico de una época, el de reflexión filosófica y política, pero sobre todo el del estímulo del pensamiento mediante el humor. Pocos pueden decir eso, y esos pocos, en otros países, tienen un lugar en el respeto moral e intelectual que brindan las sociedades a sus artistas. Ojalá que con Jaume Perich se haga justicia y sus textos lleguen de nuevo al público y a la memoria colectiva. Y no olviden: «Vivimos en un mundo en el cual sólo existe una respuesta inteligente, a saber: NO.»


Ed. Laia / Eds. de Bolsillo, col. Opinión e Informe / Humor
Barcelona, 1972 [1972]
Prólogo de Manuel Ibáñez Escofet

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