Así Niego a Beelzy, de John Collier

Como bien señala Javier Marías en la introducción a este relato, John Collier puede ser considerado "un digno heredero de Poe, O. Henry y Saki". Su devoción por lo fantástico está fuera de duda, su estilo de choque, sorprendente y vivaz, es reminiscente del de O. Henry, y su humor virado al negro lo asemejan a Saki.
Así Niego a Beelzy es su cuento más famoso, citado una y otra vez en las bibliografías de lo fantástico, incluido en innumerables antologías y reunido en todas las colecciones de su autor.
Es un relato delicioso, sorprendente y fresco. Para los que leen inglés, pueden hallarlo en el enlace que figura al pie de esta entrada. Para los que no, les anticipo que es un cuento en apariencia típico de niño que tiene un amigo imaginario.Pero sucede que también tiene un padre. En apariencia moderno, uno de esos que fingen ser el mejor amigo de su hijo, que se siente complacido cuando (a imposición suya), el "pequeño Simon" le llama "Simon grande". En suma, y gracias a la prosa de Collier, sospechamos que es un fracaso como padre, y desde luego no el mejor amigo del pequeño.
Algo que se demuestra cuando, interrogado el niño sobre lo que ha estado haciendo por la tarde, responde que ha estado jugando con el señor Beelzy. A lo cual, el padre responde intentando que el niño entre en razón y racionalismo y reconozca que se trata de un producto de su imaginación infantil. Por supuesto, el pequeño Simon se niega, lo que enfurece al padre, quien lo envía escaleras arriba con la promesa de una azotaina (la pedagogía moderna está muy bien cuando funciona, pero al parecer Simon grande es partidario de la vieja escuela cuando van mal dadas).
Del final, sólo les anticipo (puesto que es casi evidente desde el título) que "Beelzy" bien podría ser una forma familiar de "Belcebú".
El relato, condensado, breve, pero en extremo medido, es una maravilla. Con pequeños trazos, los personajes quedan definidos en sus papeles, la situación marcada con rapidez, la tensión creciente párrafo a párrafo, y el final, tan divertido, irónico e inquietante como los de los grandes maestros a los que nos hemos referido anteriormente, es demoledor.
Es una lástima que John Collier no sea más conocido, ya no en España, sino globalmente. Sus relatos pueblan las antologías, pero parecen ser considerados obras únicas (y de ahí la inclusión en la colección de la que lo he tomado para hacer la reseña). Sin embargo, su humor y fantasía son de los mejores del género, y bien merecerían sus obras mejor edición.

(Thus I Refute Beelzy)
En Cuentos Únicos
Ed. Siruela, col. El Ojo sin Párpado
Madrid, 1989 [1941]
Selección, edición y prólogo de Javier Marías

Texto en inglés de Thus I Refute Beelzy

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