Respiración Artificial, de Ricardo Piglia

Ed. Anagrama, col. Narrativas Hispánicas
Barcelona, 2001 [1980]

Esta novela singularísima por su planteamiento formal, por la manera de abordar su temática y por el estilo brillante en el que está escrita puede representar, para aquellos que no la conozcan, un descubrimiento de primer orden.
Su temática puede ser la historia, toda la historia, de Argentina, pero contemplada desde el relato personal a lo mayúsculo. De lo mínimo a lo macrohistórico, como bien apunta el texto de contraportada: "cuando Renzi conoce por fin al protagonista, su tío Marcelo Maggi. A finales de los años setenta, Maggi vive en provincias, en una ciudad fronteriza, dedicado a descifrar las cartas y papeles de Enrique Ossorio, el secretario privado de Juan Manuel de Rosas, un personaje que habría podido ser un héroe, y de quien se sospecha que fue un traidor. De Renzi a Maggi, y de éste a Ossorio: casi sin darnos cuenta hemos retrocedido ciento treinta años y se ha borrado la frontera entre literatura e historia, entre realidad y ficción."
Esto en un planteamiento no lineal, en el que los saltos entre las historias de los personajes parecen independientes pero en las que llega a existir un punto de contacto y semejanza que las hacen no sólo concomitantes sino representación la una de la otra.
Una novela llena de personajes fascinantes, como el polaco Tardewski, que puede o no ser representación o icono de Witold Gombrowicz; Arocena, empeñado en hallar la clave que descifre no ya lo que lee, sino todo lo escrito en el mundo; como el propio Maggi, al que nunca conoceremos salvo a través de su correspondencia, sus escritos y de terceras personas (una buena metáfora de lo que constituye el conocimiento de los personajes históricos).
De teóricas digresiones, como el posible encuentro entre Hitler y Kafka. O la historia de la literatura argentina.
Una novela que parece fragmentada pero cuyos retazos van conformando un cuadro interpretativo abiero para el lector, pero igualmente coherente en sus infinitos márgenes y contenidos; el lector, que también sólo tiene como referencia escritos de otros, se enfrentará a lo que siente Ossorio, Maggi y Renzi respecto a Rosas, Ossorio, Maggi y, añadiendo un eslabón, Piglia respecto a Renzi. Y él mismo respecto a Piglia, tal vez. Y descubrirá que la verdad no es única, pero que es posible percibir por lo menos una parte de esa verdad.
Una novela brillante, absoluta e indomable que es la proa de uno de los escritores más a considerar para la historia literaria contemporánea argentina.

Portada y sinopsis
Los primeros dos capítulos de Respiración Artificial

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4 comentarios:

Peke dijo...

No me atrae mucho, la verdad, a pesar de tu reseña.
La literatura sudamericana, en general, no es santo de mi devoción, si exceptuamos a Cortázar. También es cierto que hace muchos años que no la sigo.

RebecaTz dijo...

Hola, Lluís, ando tras la pista de Piglia desde hace tiempo, pero aún no he comprado ningún libro suyo. No pensé que fuese un escritor de tan altos vuelos, pero veo que estaba equivocada. Me has dado una buena idea con este título/reseña para empezar a leerlo. :)
¡Un saludo!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Peke:
Bueno, nadie ha dicho que tuviéramos que coincidir en todo.
Sin embargo, tengo que discrepar contigo en lo de la literatura sudamericana; no sólo Cortázar (al que admiro profundamente), sino muchos otros escritores, del boom y después del boom, han hecho una revolución en las letras hispanas tan profunda que durante cierto tiempo hicieron prácticamente la única literatura hispana que valía la pena; y, aunque en estos años pasados los españoles nos hemos puesto las pilas, los americanos siguen teniendo una vitalidad literaria tremenda. Tal vez, y con respecto a Piglia, te interesaran más sus policiacos (y no es por desmerecer a nadie: Ricardo Piglia dice que el futuro de las letras está en el género policiaco; sucede que Respiración Artificial no lo es), por ejemplo, Plata Quemada, que probablemente concurrirá por aquí en breve.
Un saludo cordial!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Andrómeda:
Llego a Piglia por vericuetos insondables: un listado de policiaco hispanoamericano; me fijo en que está publicado por Anagrama; en el mismo estante donde está Plata Quemada está Respiración Artificial; leo la contraportada de ambos y decido que si Piglia es buen narrador lo será en cualquier género, pero qué se le va a hacer, la referencia a Gombrowicz y lo enigmático de ese encuentro Hitler-Kafka me llamaron la atención. De ahí a la lectura, y a descubrirme ante las dotes narrativas de R. P.
Y si no lo conocía antes es porque probablemente pasó desapercibido, o fue poco publicitado. De hecho, la edición en España tarda veinte años, que no es poco...
En cualquier caso es una maravilla de novela, en la que te vas imbricando progresivamente hasta que no te puedes separar de ella.
Espero que te guste...
Un saludo cordial!