El Rey Pescador, de Terry Gilliam

SESIÓN MATINAL

(The Fisher King); 1991

Director: Terry Gilliam; Guión: Richard LaGravenese; Intérpretes: Robin Williams (Parry), Jeff Bridges (Jack), Amanda Plummer (Lydia), Mercedes Ruehl (Anne), Michael Jeter (el homeless cantante de cabaret); Dir de fotografía: Roger Pratt; Música: Geeorge Fenton; Diseño de producción: Mel Bourne; Montaje: Lesley Walker.

Jack, un famoso e iconoclasta locutor de radio comete un error que causa un asesinato. Hundido, autodestruido y salvado in extremis tanto de un intento de suicido como del asalto de una banda por Parry, Jack empieza a obsesionarse con lograr la redención de sus faltas ayudando a Parry, lo cual le llevará a las situaciones más estrambóticas, culminando con la búsqueda del Santo Grial en pleno corazón de Nueva York.
Una película extraña, incluso para ser de Terry Gilliam, y una que deja un regusto amable y que logra emocionar a pesar de tener bastantes elementos para no gustar. Primero, el histriónico Robin Williams, que en esta ocasión tiene un papel en el que por lo menos el histrionismo está justificado. A pesar de ello, en ocasiones roza lo excesivo. Segundo, lo atrevido de su trama, trasponer una leyenda medieval al Nueva York actual. Tercero, el peculiar humor del que siempre ha hecho gala Gilliam y que muchas veces corre el riesgo de desvirtuar la historia central.
Y sin embargo... Gilliam es un director sin medias tintas, o te gusta o lo odias, y prefiero que me guste. Porque al final, y sumado todo, la película funciona. De una manera peculiar, pero funciona. La imaginería de la que siempre ha hecho gala el director se funde a la perfección con la historia, Bridges, Plummer y Ruehl hacen interpretaciones espléndidas, la historia cabalga siempre en el límite de la realidad y la fantasía, y parece adecuado que así sea, y las situaciones logran hacer reír cuando deben y emocionar cuando tocan.
Una película extraña, insisto. Con todos los elementos para fracasar en su intento, sin embargo triunfa. Algo especial debe tener.

Tráiler:

btemplates

2 comentarios:

Germán Hernández dijo...

Inolvidable en esta película el vals en el metro de New York...

Me emocionó hasta las lágrimas...

Lluís Salvador dijo...

Hola, Germán:
Cierto, una de las mejores escenas (y de las más propias de Gilliam).
E insisto en mi apreciación... algo tiene que llega a emocionar, y supongo que debe estar en el corazón de todo ello, con los implicados poniendo de su parte...
Un saludo!