Historia Oriental de las Peregrinaciones, de Fernão Mendes Pinto

(Peregrinação)
En Viajes y Crónicas de China en los Siglos de Oro
Ed. Almuzara/Fundación Biblioteca de Literatura Universal
Córdoba, 2009 [1569-1578]
Traducción-versión de Francisco Herrera Maldonado [1620]
Edición y nota de Iván Teruel Cáceres

Les advierto desde un principio que si desestiman estas Peregrinaciones por ser un clásico del siglo XVI, no saben lo que se están perdiendo.
Las Peregrinaciones (un título equívoco para nosotros, evocador de algún propósito religioso, que no tiene, en lugar del más directo de "errabundias" o "viajes") es el relato autobiográfico de Hernán Méndez Pinto, en su nombre castellanizado, por extremo oriente. Esto ya sería interesante, de manera vaga o concretamente erudita, para el estudio de la zona y sus relaciones con los occidentales en la época, pero hay más, mucho más.
Mendes Pinto fue uno de tantos portugueses que, insatisfecho en Portugal, pasó a las feitorias de la India en busca de fortuna. Desde allí visitó no sólo la India y Malaca, las principales bases portuguesas, sino Etiopía y los reinos, minúsculos y grandes, del Índico y el Pacífico; naufragó innúmeras veces y fue vendido como esclavo, siendo rescatado, a veces por milagro, para (con una tenacidad admirable) volver a empezar esa búsqueda aventurera partiendo de cero. Intentó invertir sus caudales como mercader, y cuando convino se hizo mercenario para apoyar, a veces por motivos políticos y mandato de los gobernadores portugueses, a veces por puro interés económico, a algún reino siamés, conchinchino o indonesio aliado; cuando no pudo ejercer el comercio, se dedicó a lo que él llama hacer el corso (en realidad, las más de las veces, pura piratería); en una ocasión, aplicándose como "corsario", naufragó en China y fue condenado a muerte; logró apelar y fue trasladado a Pekín; absuelto, sin embargo fue penado por dos años a trabajar en una de las provincias limítrofes chinas, donde fue alcanzado por una de las invasiones manchúes, en las que después sirvió militarmente como asesor; en uno de sus viajes se encontró y acompañó al futuro santo jesuita Francisco Javier a la China y el Japón. Entre otras muchas peripecias.
Toda esta acumulación es más propia de una novela de aventuras que no de una crónica, y no es de extrañar que no fuera creída en su época, creándose un chascarrillo con su nombre: "¿Fernão, mentes?" "Minto" [¿Hernán, mientes? Miento]. De hecho, la incredulidad ha seguido hasta época más reciente, cuando uno de los capitanes corsarios citados era tomado por imaginario, y entonces se halló su testamento, para asombro de estudiosos e historiadores.
He dicho que se parece a una novela de aventuras, pero no. Es mejor que una novela de aventuras, porque en la novelística se siguen unos clichés, unos esquemas (hay un malvado, un propósito más o menos definido, etc) mientras que aquí nunca sabes qué va a suceder en el próximo capítulo.
Las Peregrinaciones es un libro inagotable, valioso para historiadores, filólogos, geógrafos, pero sobre todo legible por cualquiera, que puede aproximarse al texto con las reticencias propias del lector que se aproxima al clásico... y encontrarse poco después devorándolo.

Portada y sinopsis

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2 comentarios:

Iván Teruel dijo...

Estimado Lluís:

Simplemente quería agradecerle que diera publicidad a través de su blog de esta auténtica maravilla de libro.

Como editor de la obra, estas Peregrinaciones las siento un poco mías, y no puedo sino suscribir una por una sus palabras y recomendar vivamente la lectura de este libro de viajes que amalgama en su interior una gran riqueza de géneros literarios. Y es que el talento narrativo de Mendes Pinto, hombre sin formación académica, es tan asombroso como inconmensurable.

Saludos y, de nuevo, gracias.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Iván:
Bienvenido a este blog, y gracias por sus palabras, aunque quien las merece es la obra, que es auténticamente prodigiosa.
Y me siento honrado de su presencia en estos comentarios, y a la vez como disculpa y reparación, aprovecho para felicirale por su labor de edición, tanto más cuanto que es una de las que me gustan, no obstrusivas, es decir, informativas, exactas y que permiten seguir la lectura sin perderse.
Un placer, y a su disposición.
Un saludo!