El León en Invierno, de Anthony Harvey

SESIÓN MATINAL

(The Lion in Winter); 1968

Director: Anthony Harvey; Guión: James Goldman, basado en la obra teatral de James Goldman; Intérpretes: Katharine Hepburn (Leonor de Aquitania), Peter O'Toole (Enrique II), Jane Merrow (Alais), John Castle (Geoffrey), Anthony Hopkins (Ricardo), Nigel Terry (Juan), Timothy Dalton (Felipe II de Francia); Dir. de fotografía: Douglas Slocombe; Música: John Barry.

El amor tiene muchas formas, incluso algunas que no parecen amor. Y cuando se diluye con los juegos de poder, apenas se muestra. En esta película asistimos a la reunión familiar de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania, acompañados de sus hijos, con la candente sucesión de Enrique como tema principal. ¿Principal? Así parece, pero en realidad lo que asemeja es un juego de poder, más que por el poder, por el juego en sí. En estas maniobras, subrepticias a veces, violentas otras, asistimos a una de las primeras películas en la que la Historia se desacralizaba y los mitos pasaban a ser humanos, tal vez demasiado humanos, es decir, tal vez demasiado ruines (otra de las películas en este estilo es Robin y Marian). En otra tesitura, la composición personal adquiere un primer plano y, aparte de contemplar en unos primeros pero interesantes papeles a Anthony Hopkins, prefigurando el gran actor que sería, y a Timothy Dalton, componiendo una de las actuaciones (la otra es la de Cromwell) que demuestran que es mejor actor de lo que sus encarnaciones de James Bond permiten suponer, también incluye un duelo interpretativo fascinante entre Peter O'Toole como Enrique II y Katharine Hepburn como Leonor de Aquitania, que ocupan la pantalla y la mente del espectador.
Esa es la base de la película, pero es una base lo bastante amplia y genial como para llegar a la conclusión de que, si no es verdad (y es imposible que sea verdad), sí está bien contado, y que esos dos personajes bastaba con que se encontraran para sacar chispas de su roce. Y la extraña impresión de que de entre una profunda rivalidad por el poder, también podía surgir la admiración mutua que, forzada o no, podía ser amor.
El amor tiene muchas formas, incluso las desagradables e incómodas. Tal vez lo ambiguo de la relación entre Enrique y Leonor sea lo que nos fascina: puede ser odio, pero también admiración, respeto, y hasta ternura del uno hacia el otro. ¿Amor? Tal vez sí. Y es ese amor ambiguo (que, sin el poder por medio, es tan frecuente) es donde el espectador queda atrapado en una situación que percibe como real. Si ese es el mensaje, que Leonor y Enrique son una pareja normal que, por casualidad, son reyes de Inglaterra, la película triunfa por completo.

Tráiler:

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2 comentarios:

Ankor dijo...

Muy buena película, la descubrí en Cinemateca hace poco. Canal temático al que estoy enganchado pues me descubre un cine que, debido a mi juventud, no había tenido acceso a él. Sus diálogos, con mucha fuerza, me impresionaron. Además, tuve la suerte de verla en vose, la forma de cine que más me gusta ver. También recomiendo TCM Clásico, una joya de canal.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Ankor:
Concuerdo contigo. Ante la dimisión de la televisión comercial, incluso la pública, de proporcionar un poco de cultura cinematográfica más allá de estrenos relativamente recientes, los canales de pago se han convertido en el refugio de los cinéfilos, que no encuentran estas películas de ninguna otra forma. ¡Y pensar que, en mi infancia, existía un programa que se llamaba "Sombras recobradas" y que sólo ponía películas mudas!
Un saludo!