Signos y Símbolos. Guía Ilustrada de su Origen y Significado, de Miranda Bruce-Mitford y Philip Wilkinson

(Signs & Symbols)
Pearson Educación
Madrid, 2008 [2002]

La aparición de un libro que relaciona e introduce a los símbolos siempre es notable. No en vano vivimos rodeados de ellos, desde nuestro conjunto escrito alfanumérico a nuestro lenguaje corporal que nos relaciona con los demás miembros de nuestra sociedad, hasta llegar a símbolos que nos resultan familiares pero de los que sólo intuímos su significado o bien otros que empleamos rutinariamente pero de los que hemos perdido su noción simbólica, como ciertas estructuras arquitectónicas.
No es que falten diccionarios de símbolos. Entre ellos, podemos destacar el muy completo y fundamental de Cirlot, por ejemplo. Sin embargo, sigue echándose de menos que alguien emprenda, no ya un diccionario, sino una auténtica enciclopedia de los signos y símbolos, que cubra todos los aspectos del tema.
Pero mientras alguien no se dedique a esta infeliz, titánica y seguro mal pagada tarea, cualquier libro que aparezca es bienvenido. Más que nada porque, por ejemplo, el hombre contemporáneo, como media, ha perdido toda noción simbólica y contempla los cuadros renacentistas y decimonónicos como quien mira una fotografía de reportaje, eludiendo por tanto una miríada de significados que aunque presentes, le resultan incomprensibles.
Este libro es una producción original de la editorial Dorling Kindersley, que se ha especializado en libros altamente visuales, tanto para niños y jóvenes como en temas adultos (por ejemplo, sus guías visuales de ciudades y países), de modo que todo está perfectamente ilustrado (aunque haya un par de errores). Su loable empeño en tratarlo absolutamente todo significa que sólo puede ofrecer una introducción a cada tema (sólo los atributos de los santos ya darían para un tomo de muchas páginas), pero insisto, bienvenido sea. Porque nos hace tomar conciencia de que existen muchos más lenguajes que los escritos y hablados que empleamos. Lenguajes que también utilizamos, pero sin tener conciencia de ello.

Portada y sinopsis
Portada, sinopsis y muestra de algunas páginas de la edición británica

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4 comentarios:

Gustavo Solórzano-Alfaro dijo...

Es común y aburrida la queja de que la gente (sobre todo los jóvenes) no leen. Sin embargo, nunca ves a ningún padre o maestro diciendo: "¡Qué barabridad!, ya nadie escucha música" o "Ya nadie va al cine". Claro, accedemos al mundo mediante el lenguaje, y yo mismo debería defender las letras, pero no, es absurdo, porque igual validez tiene la cultura visual o auditiva. Y eso sí es un problema: los sistemas educativos siguen pensando en términos decimonónicos (cuando no renacentistas) y no desarrollan estos lenguajes.

Somos analfabetas visuales, discapacitados del arte, inválidos musicales. Todo ello debería ser prioridad de los teatros, museos, escuelas y demás.

Aprender a leer el mundo y todos sus signos.

Saludos

Sergio Lopez(Lely Vehuel) dijo...

Por encima de todo defender las letras,maravilloso,te felicito por la nota.Cada tanto vengo y paso por tu sitio para verte,leerte y encontrarte entre tus notas.Mas que decirte que tu lugar es placentero de visitar y produce en mi el encanto que se necesita para volver siempre.Te invito a Cuentos y Orquideas y leer algo nuevo,un abrazo para ti,mucha luz y hasta pronto...

Lluís Salvador dijo...

Hola, Asterión:
Serrat acaba de sacar nuevo disco, dedicado al poeta Miguel Hernández. En una entrevista por la radio, le pusieron un muestreo de respuestas de entre alumnos de secundaria sobre si sabían quién era Miguel Hernández. Sólo un 25 por ciento lo reconocía en su punto más o menos justo. Y Serrat dijo: "Bueno, esto habría que hacérselo oír a los responsables de educación, por si les puediera interesar; pero tengamos en cuenta que tenemos el mundo que hemos hecho nosotros. Somos todos los que tenemos que asumir nuestra pequeña porción de responsabilidad y hacer lo que se debe".
Estando fundamentalmente de acuerdo con Serrat, pongo el acento en ello. Tenemos que educar, ya no a nuestros hijos, sino a nuestro entorno. Siendo, no didácticos, tal vez, sino estimulando la curiosidad. Los museos, que comentas, están ya cambiando su estilo de exhibición. Y tal vez debería suceder lo mismo en los auditorios, y en las filmotecas. Y, tal vez también, deberían dejar de estar únicamente radicados en un lugar, esperando que alguien entre, y salir a buscar su público. Esto del local solemne es también muy decimonónico.
Un saludo, Gustavo!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Lely:
Gracias por tus elogios y por la visita. Y pasa cuando quieras.
Un saludo!