El Baile de los Vampiros, de Roman Polanski

SESIÓN MATINAL

(The Fearless Vampire Killers, or Pardon Me, Your Teeth Are in My Neck); 1967

Director: Roman Polanski; Guión: Gerard Brach, Roman Polanski; Intérpretes: Jack MacGowran (Profesor Abronsius), Roman Polanski (Alfred, asistente de Abronsius), Alfie Bass (Shagal, el posadero), Sharon Tate (Sarah Shagal), Ferdy Mayne (Conde von Krolock), Iain Quarrier (Herbert von Krolock), Terry Downess (Koukol, el sirviente); Dir. fotografía: Douglas Slocombe; Música: Krzystof Komeda; Diseño producción: Wilfrid Shingleton.
Uno de los créditos reza: "Colmillos por el Dr. Ludwig von Krankheit"

Dicen que Roman Polanski carece de sentido del humor. Si hemos de juzgar por su filmografía, esa afirmación sería cierta y, que yo recuerde, sólo esta El Baile de los Vampiros (que en original se titula Los Intrépidos Cazadores de Vampiros, o Perdóneme, Sus Dientes Están en Mi Cuello; título excesivo que insinuaría una falta de control sobre ese humor) incursiona en el género satírico/humorístico. Puede ser que tengan razón, puesto que en esta película el humor avanza a saltos, episódicamente, y no parece tener solución de continuidad.
Pero lo peculiar de este filme es que, cuando no intenta ser humorístico (y hay que ser justos: muchas veces consigue la sonrisa o la carcajada), es en extremo serio, y entonces es una película de terror con todos los pronunciamientos del género.
Como película de vampiros bebe de la gran tradición stokeriana (Stoker, en Drácula, hizo, aparte de una novela, una auténtica tesis sobre el folklore de los vampiros). Por tanto, es en extremo formal, y en esa formalidad Polanski muestra su rigor y seriedad, componiendo una de las mejores películas de terror que existen. Pero el problema es que ese formalismo está mal mezclado con el humor.
Y sin embargo, si el conjunto resulta decepcionante, tomadas por separado ambas tendencias el ejercicio realizado por Polanski es muy interesante. No nos engañemos, como película humorística tiene buenas escenas, y alguna que no ha sido superada, como la del salón de baile. Y como película de terror es una de las mejores.
La lástima es que no se hiciera un díptico separado.

Tráiler:

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2 comentarios:

Kenneth dijo...

Puede que tengas razón, pero hay una escena en particular en la que terror y comedia se mezclan a la perfección. Y es en la que el vampiro rubio le va a morder (es terrorífica esa toma) y de repente, el joven le introduce el librito en la boca!

Y hablando de Polanski, acabo de ver "El escritor", la cual recomiendo. Mantiene magistralmente la intriga en determinadas escenas, hasta el punto en que uno siente el impulso de levantarse y ayudar al protagonista.

A decir verdad, son dos películas totalmente distintas. Pero supongo que tendrán sus rasgos comunes escondidos por alguna parte.

Un saludo!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Kenneth:
Cierto, pero la película es desigual. Y para mí, como se trasluce, la gran escena de la película es la del salón de baile. Los protagonistas están bailando un minué en un salón atestado de gente, entonces se giran y se ven en un espejo ellos dos solos sosteniendo unas manos invisibles en el aire. Es una escena perfecta, porque juega con el imprevisto, la tensión (o el suspense: sabemos que hay vampiros en esa sala, pero no cuántos) y la sorpresa humorística.
No la he visto todavía (mala traducción del título esta del escritor: el "negro" o incluso el escritor fantasma, si se quería ser políticamente correcto hubiera sido mejor). Pero todo el mundo la alaba. Y teniendo en cuenta la evolución de Polanski y la precedente El Pianista, no puedo por menos que creerme los elogios.
Y, puntos en común... Bueno, en el baile de los vampiros uno vuelve también a la suspensión de la incredulidad en algunos momentos y tiene ganas de gritar aquella frase tan honrada en las películas de terror: "¡Cuidado! ¡Detrás tuyo!"
Un saludo!