Los Siete Samurais, de Akira Kurosawa

SESIÓN MATINAL

(Shichinin no Samurai)
1954
Director: Akira Kurosawa; Guión: Akira Kurosawa, Shinobu Hashimoto y Hideo Oguni; Intérpretes: Takashi Shimura (Kambei Shimada), Toshiro Mifune (Kikuchiyo), Yoshio Inaba (Gorobei Katayama), Seiji Miyaguchi (Kyuzo), Minoru Chiaki (Heihachi Hayashida), Daisuke Kato (Shichiroji), Isao Kimura (Katsushiro Okamoto), Keiko Tsushima (Shino), Yukiko Shimazaki (Esposa de Rikichi), Kamatari Fujiwara (Manzo, padre de Shino), Yoshio Kosugi (Mosuke), Bokuzen Hidari (Yohei), Yoshio Tsuchiya (Rikichi); Música: Fumio Hayasaka; Dir. Fotografía: Asakazu Nakai; Montaje: Akira Kurosawa; Dir. Artística: So Matsuyama.

Si ustedes no han visto Los Siete Samurais, pero han visto Los Siete Magníficos (que aparecerá por aquí también) tendrán una idea muy exacta de lo que es esta película. Pero les recomiendo que vean Los Siete Samurais. Porque esta obra maestra de la épica tiene tantas cosas destacables que uno, en verdad, no sabe de cine hasta que ha visto este filme.
La historia: Un pueblo japonés del siglo XVI contrata a siete samurais para librarse del acoso y pillaje de unos bandidos. Esta presunta simpleza abre, sin embargo, unas puertas innumerables: el sentido del heroísmo, de quiénes son los héroes. Del honor del guerrero. De la redención de la violencia mediante la justicia. Y unas cuantas cosas más.
Una dirección magistral, un movimiento de cámara estético y magnífico, una fotografía impresionante, actuaciones grandiosas... todo en esta película es estudiable y, no obstante, es necesario contemplarla unitariamente.
El tráiler que les propongo es notable. No sólo una acumulación de fragmentos sino una miniépica de la gran épica que es Los Siete Samurais

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9 comentarios:

Vivian dijo...

Una joya del cine, una obra maestra, sin duda, entre la épica y la lírica, con todos los componentes de los códigos de honor que prevalecían en aquellos tiempos.

Me gustó la referencia a “Los Siete Magníficos” que, si bien aborda el tema desde un punto de vista muy distinto, al estilo western americano, creo que mantiene la esencia.

En definitiva, me sumo a tus dos recomendaciones.

Un abrazo

Víctor dijo...

Contribuiré con la referencia a Star Wars, que también homenajea algunos trucos de Kurosawa. Es inevitable la referencia a Los Siete Magníficos, pero sería casi injusto atribuir sus cualidades a ciertas equivalencias en la trama -el número de mercenarios, una mujer enamorada, un pueblo en desgracia-; si esquivamos la superstición del remake, sostendremos su valor independiente. Sin embargo Lluis y Vivian tienen (tenéis) razón: ver una da idea de la otra y hay que ver las dos. No se intente resolver esa paradoja.
Mi aprecio por ambos.
Víctor

Lluís Salvador dijo...

Hola, Vivian y Víctor:
Os contesto a los dos conjuntamente ni por descortesía, ni por liquidar la respuesta con rapidez, ni por desconsideración. Antes al contrario. Pero como tratáis el tema del remake y los relacionados, me parece que habéis puesto el dedo en un tema candente.
¿Por qué los remakes son tan malos hoy día? Supongo que hay una respuesta que es muy clara: porque proceden con una soberbia impropia, porque intentan aggiornamentos de argumentos que entonces pierden potencia y porque introducen cosas. Sobre todo esto último. Introducen cosas que no estaban en el original como si fuesen ideas geniales, so pretexto de que van a atraer más audiencia.
En este caso, la moneda que es Los Siete Samurais/Los Siete Magníficos me parece magistral al respecto de cómo hay que hacer un remake: estudiarlo hasta el último detalle, incluso copiar (¿por qué no? No hay nada peor que la mala originalidad, y nada mejor que el reconocido homenaje). Trasladar época, situación, país, pero ser consciente que, si esa película trataba un tema universal, entonces apelará a cualquier público de cualquier parte. Los griegos ya nos enseñaron ello. Y, por tanto, disfruto como un chaval viendo los Siete Samurais. Pero no me pierdo ni uno solo de los pases televisivos de Los Siete Magníficos. Que, además, tiene cosas propias y muy acertadas.
Y, Víctor, la paradoja no existe: ambas películas, como digo, son caras de una misma moneda. Kurosawa, la hizo primero, gloria a él. Pero Yul Brynner, Steve McQueen, James Coburn, Charles Bronson, Brad Dexter, el "cobarde" Robert Vaughn e incluso Horst Buchholz se yerguen titánicos en el imaginario fílmico.
Y qué buen saludo, Víctor:
Mi aprecio por ambos:
Me uno a el de corazón.
Un saludo!

Kenneth dijo...

Dices que hasta que no se ha visto esta película no se sabe nada de cine. Pues bien, yo acabo de verla y no sólo se me ha hecho aburidísima, sino que además no le veo virtudes destacables.
No sé, pero con la cantidad de comentarios buenos que hay acerca de la película, me siento casi como un enfermo con algún tipo de discapacidad que me impide apreciarla.

Diré entonces que el problema lo tengo yo, porque no quiero luchar con el gusto unánime de tanta gente. Así que espero que alguien me aclare esto.

Un saludo!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Kenneth:
Bueno, no voy a entrar en cuestiones de gustos personales. No, tranquilo, esto no es la respuesta de "no estás de acuerdo conmigo, por tanto te aporreo". Me explico. Que te aburra los Siete Samurais es muy lícito. En primer lugar hay todos los obstáculos posibles: el idioma, los subtítulos, el blanco y negro (los que somos antediluvianos a veces olvidamos que hay generaciones que no pueden concebir (mis sobrinas, por ejemplo) que en una época la televisión fuera en blanco y negro) y, hay que decirlo, el hecho de que la forma narrativa japonesa es distinta a la occidental; más lenta (por mucho que Los Siete Samurais no es estrictamente japonesa en su ritmo, y Kurosawa, al parecer, tenía la idea de realizar la película para la exhibición en Occidente).
Pero eso no anula mi afirmación. Quien quiera saber de filosofía, ha de pasar, mal que bien, por Wittgenstein, por poner un ejemplo. Que eso sea fácil o difícil, que aburra o interese, es otro asunto, personal y lícito. Pero no hay más amigo mío, y hay lecciones a ser extraídas de los Siete Samurais, como hay lecciones a ser extraídas del cine de Eisenstein, de Griffith o de Lubitsch. Y bien, te aburre Los Siete Samurais. ¿Te aburre también Los Siete Magníficos? Se trata de una visión occidental de la misma historia, y probablemente más adaptable a los gustos contemporáneos. Pero son muy, muy similares, incluso en lenguaje fílmico.
Pero una de las cosas que te puedo citar que enseña Los Siete Samurais es la creación de tensión épica sin tener que enseñar por fuerza el encuentro violento. En este aspecto, con sólo el manejo de, por ejemplo, un hombre corriendo bajo la lluvia, un sonido, un grito y un guerrero caído, tiene mayor tensión que no el mostrar abiertamente un combate. Hay veces en que la elipsis narrativa es mucho mejor que la exhibición. Es algo que muchos directores aprendieron.
De modo que, complejos fuer. NO te gusta los Siete Samurais, pues muy bien. Que nadie se rasgue las vestiduras (y no permitas que se las rasguen en tu presencia).
No nos conocemos, y no sé qué películas te gustan y qué escenas consideras memorables. Probablemente veríamos que tenemos coincidencias. Y, tal vez, te señalara algunas que son herederas del cine de Kurosawa. La cuestión está en qué se espera de una película. Cuando veo Los Siete Samurais, no sólo me detengo en la historia, sino que hago una segunda lectura sobre los movimientos de la cámara, sobre las técnicas cinematográficas. Es otro nivel de visión, y nadie está obligado a hacerlo. Pero, para entender de cine, hay que pasar por este nivel de "lectura" fílmica.
Un saludo!

Kenneth dijo...

Gracias por responder!
Supongo que exageré un poco al decir que me consideraba un enfermo con discapacidad. La verdad es que yo normalmente trato de hacer esa lectura fílmica de la que hablas, pero con esta película me ha sido muy complicado. Como dices, el sonido, la calidad de imagen algo estropeada, el idioma... Son cosas que pueden haber influido.
Bien es verdad que justamente la escena que citas fue la que más me impresionó, sobre todo por el stop motion, que no me lo esperaba. Algunas veces la lectura fílmica de la que hablas engrandece una película que, en apariencia puede parecer un tostón. Por ejemplo, no sé si habrás visto "Nostalgia" de Tarkosvki, aunque tengo entendido que el resto de su filmografía es parecida. Lo que por momentos me pareció una película rara, y que casi me provocaba algún que otro cabezazo, se convirtió por otra parte en una atmósfera absorbente en todos los sentidos.
Pero, vuelvo a repetir, fui incapaz de hacer esa lectura en "los siete samurais". Anteriormente había visto "Rashomon", que también tiene ese ritmo lento; pero aún así me pareció mucho más interesante.
Para terminar diré que el blog está bastante bien, así que es posible que me vuelva a pasar. De nuevo gracias por contestar.

Un saludo!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Kenneth:
No hay porqué dar las gracias, aquí se contestan todos los comentarios (bueno, los que son civilizados, como el tuyo). Por cierto, me olvidé de darte la bienvenida anteriormente, y en mi bienvenida habitual justamente es eso lo que destaco: que puedes comentar, criticar, sugerir, etc. a tu gusto.
¿Nostalgia es esa que tiene un trávelling de los más impresionantes que existen en el cine, personaje tras personaje y paisaje al fondo (marca de la casa del cine soviético/ruso, pero por Tarkovski realizado con un tempo maestro)? Es la época en la que veía bastante cine (más que ahora) y creo que la época en la que el por desgracia fallecido Andrei estaba de modo y le hacían retrospectivas, de modo que igual se me confunden escenas de películas. De todas maneras, y para lo que nos interesa, Tarkovski es muy indicado. El cine ruso/soviético adolece también de un ritmo propio (que Andrei manejaba con maestría, eso sí), pero aún con esa lentitud, podríamos decir que es una lentitud diferente a la del cine japonés. Y cuando digo esto, no lo digo sólo por Kurosawa, sino que es compartida por Ozu, Ichikawa, etc. Hay que, no sé, prepararse mentalmente para ver una película de los maestros japoneses, que además trabajan mucho con la sutileza, una que muchas veces se nos escapa por pura incomprensión lingüística. De modo que, si tienes esa prevención, pues no pasa nada. No las veas. No te obligues. Las verdades absolutas no existen. Si te cité a Wittgenstein no fue ocioso, porque representa sólo un estadio de la filosofía, pero uno que se considera fundamental. Sin embargo, ¿hay que conformar la vida de uno en torno a la visión wittgensteniana? No. La visión filosófica que tiene cada cual del mundo es propia, y está hecha de asunciones culturales y, también, de rechazos culturales. Por ejemplo, confieso que me pongo de mal humor cuando tengo que ver una película de Ingmar Bergman (porque no sé si me voy a encontrar con el digerible o con el pesado). Pero las veo. Para conocerle la mano. Y otro día podemos hablar de Antonioni, cineasta que me disgusta en grado sumo.
Pero una recomendación final: ¿has visto "Los Sueños de Akira Kurosawa"? Tal vez ésa sí se te hiciera más llevadera. Y es una gozada visual en alguna de sus historias.
Y ya sabes: aquí estamos para lo que quieras.
Un saludo!

Kenneth dijo...

Pues la veré cuando pueda, gracias por la recomendación. Y en cuanto a Antonioni, ¿por qué no empezar a hablar ya?
No puedo decir que me disguste, porque sólo he visto una suya; pero la verdad es que me dejó de muy mal humor. Quizás Blow up sea una maravilla mostrando la época pop británica, pero a parte de eso, a mí me pareció una hora y media girando en torno a nada. Ah bueno sí, creo que había no sé qué de un asesinato...
En fin, y me dijeron que era la más llevadera.

Un saludo!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Kenneth:
Disculpa por el retraso. Ha sido una semana complicada.
Con respecto a Antonioni, hace años acuñé una frase que creo sigue vigente: "Antonioni es ese precursor del cine que ha desbrozado los caminos por los que el cine no va a discurrir JAMÁS".
En el afán experimentador que desarrolla, ha ido siempre un paso por delante de los demás, y casi siempre en la dirección equivocada. Blow Up, que está basada en un prodigioso cuento de Cortázar, me pareció increíble en cómo un relato tan bueno podía convertirse en algo tan tedioso. Muy intelectual, eso sí. Muy de la época, en la que se podían extraer tesis enteras más sobre lo que no se decía que sobre lo que se decía (o mostraba). Y, en efecto, esta tenía por lo menos algo en lo que basarse. Del resto, ni te cuento. De modo que comprendo muy bien que haya gente a la que pueda gustarle teorizar sobre y con Antonioni. Pero otra cosa es que eso sean elucubraciones o, directamente, una tomadura de pelo. Y Antonioni es uno de los primero de esos autores y artistas que sus explicaciones consisten en una sonrisa enigmática, como diciendo "Ah, busque usted la trascendencia" Y ellos tan contentos. Tal vez porque nos ha engañado bien. Aunque le admito el punto de honestidad. Equivocada, pero honestidad.
Un saludo!